Durante el verano, el calor se añade como una causa posible de accidente laboral y por ello CCOO Aragón ha publicado Protección frente al calor en trabajo de exteriores, una guía que tiene como objetivo prevenir los golpes de calor especialmente en personas que trabajan en el exterior.

En Aragón, el estrés térmico por calor es especialmente peligroso en sectores productivos como la agricultura, la construcción, hostelería, invernaderos, parkímetros o limpieza diaria. Es decir, trabajos que tienen más probabilidades de desarrollarse a plena luz del sol.

«Fundamentalmente se trata de que alertemos a la población trabajadora y a las empresas para las que trabajan de las olas de calor que vienen y de los problemas en relación a esto», señaló en rueda de prensa Luis Clarimón, Secretario de Salud Laboral de CCOO. Y añadió que «los trabajadores no pueden decidir si van a trabajar los días que el calor es muy elevado».

Además en Zaragoza existe un efecto climático que se denomina «isla de calor», lo que supone que el interior de la ciudad está hasta dos grados por encima de la periferia. Las causas son variadas y van desde los edificios hasta los motores de los vehículos o el asfalto negro.

EMPRESAS RESPONSABLES / Otro factor que para el sindicato hay que tener en cuenta es la aclimatación, porque no todas las personas se adaptan al calor de la misma manera. «Requiere un tiempo aclimatarse y también depende la propia constitución personal. También hay un sesgo de género: las mujeres tienen menos facilidad para la sudoración y si están embarazadas, todavía menos».

La guía, financiada por la Fundación Estatal para la Prevención de Riesgos Laborales, busca que las empresas tomen las medidas que consideren oportunas al ser «las responsables de evitar riesgos».

Entre las medidas se encuentran «facilitar ropa adecuada para la exposición al sol, paralizar el trabajo en horas de mayor temperatura, asegurar la disposición de bebidas frías no alcohólicas o tener un tiempo de trabajo más corto y con descansos».

La exposición a las altas temperaturas y a las olas de calor puede conllevar diversas afecciones como deshidratación, calambres y sarpullido y también puede agravar enfermedades crónicas cardíacas, pulmonares, renales y psiquiátricas.

En cuanto a las medidas preventivas, destaca trabajar bajo sombra, planificar descansos, aumentar la frecuencia de las pausas, adoptar soluciones técnicas que reduzcan el esfuerzo físico o limitar las tareas pesadas.

El cambio climático ha dado lugar al aumento de la frecuencia, la intensidad y la duración de las olas de calor. De hecho, según el informe The Lancet Coutdown, en el 2016 hubo 125 millones más de adultos expuestos a olas de calor que en el 2000.