CCOO ha pedido hoy una reforma fiscal con impuestos más justos que garanticen las necesidades de protección social y de creación de empleo, mientras que UGT ha valorado que el Gobierno haya tenido en cuenta las peticiones sindicales sobre la tributación por despido.

CCOO ha denunciado la campaña de comunicación de la reforma fiscal centrada por el Gobierno en la reducción de impuestos y ha criticado que no diga que quienes se beneficiarán de forma especial "serán las 660.000 personas que tienen ingresos superiores a 75.000 euros anuales y, dentro de ellos, las 65.000 personas que tienen una renta superior a las 200.000 euros al año".

Asimismo, considera prioritario que la reforma fiscal tenga como objetivo inmediato asegurar los recursos necesarios para financiar un plan de empleo para los parados de larga duración, aumentar las prestaciones por desempleo a quienes ya las han agotado y no tienen acceso a un trabajo, y una renta mínima garantizada para todos los hogares que no tienen ingresos.

Por su parte, el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, ha celebrado que se haya elevado el límite exento de tributación en las indemnizaciones por despido hasta 180.000 euros.

A su juicio, el Ejecutivo se ha convencido de que iba a cometer una injusticia, "al castigar a los trabajadores despedidos y obligarles a tributar".

Ferrer ha afirmado que el Gobierno debe respetar el proceso de diálogo social en el que UGT defiende un sistema tributario con un triple objetivo: aumentar la recaudación, hacer que el sistema tributario español sea más justo y luchar contra el fraude y la evasión fiscal.