No solo los partidos políticos comienzan a preparse para la campaña electoral y los sindicatos y las patronales también afilan sus argumentos de cara a los comicios del 28 de abril. Uno de los principales caballos de batalla de CCOO y UGT será una promesa incumplida en la legislatura que acaba: la derogación por parte del Gobierno de algunos de los aspectos más lesivos para los trabajadores de la reforma laboral del PP.

Los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, han evitado dar por pérdida toda posibilidad en la rueda de prensa que han dado este jueves, aunque las referencias en pasado y las críticas veladas al Ejecutivo de Pedro Sánchez permiten leer entre líneas. "No ha habido una negociación real [sobre la contrarreforma]", ha denunciado el líder de CCOO en referencia al Gobierno, al que ambos sindicalistas han evitado criticar con dureza. "No seremos nosotros quienes le hagamos la campaña a la derecha", añadía su homólogo de UGT, que también ha cargado responsabilidades sobre los partidos de la mayoría de la moción de censura, "algunas veces porque alguien pedía más y algunas veces porque alguien pedía menos".

CCOO y UGT han destacado "las nubes y sombras" durante los nueve meses de Sánchez en materia laboral y "sobre todo la falta de diálogo social". De las medidas en dicho campo que el Ejecutivo ha ido publicando hasta ahora en los "viernes sociales", las centrales únicamente se han manifestado satisfechas con la recuperación del subsidio para desempleados de larga duración mayores de 52 años y la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a los 900 euros. De la oblitagoriedad del control horario han destacado su falta de contundencia, de la que han responsabilizado a la influencia del PDECat, y de las medidas de igualdad han lamentado la falta de "tiempo material para poder cerrar más acuerdos en esa matería", según ha destacado Álvarez. "Estamos profundamente decepcionados", ha resumido Sordo.

LA CEOE PRESENTA SU PROGRAMA

La patronal de la gran empresa española CEOE, por su parte, presentó el pasado miércoles su batería de propuestas a los partidos políticos que consigan representación tras el 28-A. En un párrafo del documento sintetizan su rechazo a la contrarreforma: "mantener el cese de la ultraactividad, la prioridad del convenio de empresa y la regulación de la implicación de las condiciones pactadas en convenio como ejes centrales para la adecuación de la negociación colectiva a las necesidades del mercado laboral".

La organización empresarial insiste en no solo preservar las actuales condiciones de subcontratación -"mantener y no limitar los actuales mecanismos de colaboración entre empresas (subcontratación) [sic]"-, sino que considera necesario "incrementar los mecanismos de flexibilidad interna a disposición de las empresas". En este sentido, los secretarios generales de CCOO y UGT han denunciado la "involución" de la CEOE, ya que estas propuestas contradicen los puntos consensuados en el no vinculante Acuerdo de Empleo y Negociación Colectiva (AENC), cerrado en julio del 2018.

En matería fiscal, la CEOE exige al próximo Gobierno que reduzca "la presión fiscal empresarial", por la vía del impuesto de sociedades, las cotizaciones empresariales, los tipos marginales del IRPF o la eliminación del impuesto sobre el patrimonio. A nivel de políticas públicas de gasto, la patronal considera necesario el cumplimiento de los objetivos del déficit y el no "implementar medidas que supongan incrementos de gasto estructural".