La opa del magnate ruso Mijail Fridman sobre DIA se retuerce cada día un poco más. Este martes terminaría el plazo para la aceptación de la opa, pero Fridman decidió extender la fecha hasta el 30 de abril y dejar a los accionistas un poco más de tiempo para que considerasen la que parece la única opción que tiene la cadena de supermercados para sobrevivir: vender. La semana pasada lo advertía el fondo Letterone en el comunicado en el que anunciaba la ampliación del plazo y este martes es el todavía consejero delegado de DIA el que echa una mano a Fridman en una misiva dirigida a todos los accionistas: si no ha opa habrá liquidación.

Borja de la Cierva recuerda a los accionistas que en la última junta celebrada a finales de marzo, fueron ellos -solo acudió el 54,3% del capital y solo Letterone suma el 29%- los que eligieron la ampliación de capital planteada por Fridman -500 millones- en detrimento de la que proponía el consejo -600 millones-. Una decisión sujeta al éxito de esta opa, la toma de control del consejo de administración por Letterone y a un nuevo acuerdo de financiación de la deuda bancaria. Y que ahora tiene que darse para que la empresa se mantenga en pie.

"Debo recordarle que, si la opa no tiene resultado positivo, el aumento de capital aprobado por los accionistas y asegurado por Letterone no podrá ejecutarse y, en tal caso, existe un riesgo elevado de que DIA no disponga del tiempo necesario para instrumentar soluciones alternativas que le permitan restaurar debidamente sus fondos propios y disponer de la liquidez necesaria para el curso ordinario de sus negocios", dice Borja de la Cierva.

En caso contrario, insiste el consejero delegado, DIA se vería abocada "a un proceso de restructuración de su deuda (incluyendo canjes de deuda por capital) e incluso a un proceso concursal o de disolución y liquidación de la sociedad". "Situaciones todas ellas que podrían comportar la pérdida sustancial o incluso total de su inversión en la compañía", agrega.

El actual gestor de DIA recuerda a los accionistas que el Consejo de Administración ya transmitió hace unas semanas un dictamen favorable a la opa después de contactar con varios asesores financieros. El veredicto era claro: vender es "la única alternativa" posible para los accionistas. Entonces, el Consejo de Administración avanzaba uno a uno los riesgos que supondría para la compañía que no prosperaba la opa. DIA está en situación de quiebra técnica y debe revertir su patrimonio neto negativo de 166 millones antes del 20 de mayo si no quiere entrar en preconcurso de acreedores, necesita una ampliación de capital -la única opción actual es la aprobada por los accionistas que depende del éxito de esta opa-, los bonos del 2014 vencen en julio y además el negocio lleva una senda negativa que debe revertir (caída de ventas del 4,3%).

El 16 de abril, la filial de distribución del fondo Letterone -L1 Retail- decidió ampliar el plazo de aceptación de la opa ante la baja participación que estaba teniendo la oferta: solo un 3,3% del capital social. Fridman necesita al menos el 35,5% para que la opa tenga éxito. Ahora el reloj ya ha empezado la cuenta atrás y queda exactamente una semana para que Fridman consiga el apoyo de los accionistas. Los directivos apuestan por la venta, pero los accionistas son quienes tienen la llave de la operación y no todos parecen muy dispuestos a rendirse y "malvender" a 0,67 euros la acción.