¿China y EEUU se adentran en una guerra de divisas? De momento, es más dialéctica que cruenta. De hecho, las dos potencias parecen medir sus fuerzas en un enfrentamiento más comercial que monetario cuyas consecuencias pueden acabar teniendo un alcance económico mundial. Al movimiento del Banco Popular de China (BPC) de permitir que el yuan cotizara por debajo de los siete dólares el lunes por primera vez en una década, le sucedió la acusación de «manipulador de divisas» contra China vertida por el Departamento del Tesoro estadounidense. La respuesta asiática fue volver a aflojar ayer el tipo de cambio, lo que permitió que los mercados se tranquilizaran, de las misma forma que la acción del día anterior provocó pérdidas generalizadas.

El resto fueron fuegos de artificio, escarceos o intercambio de guantes en un combate que amenaza con ser largo y tener consecuencias impredecibles. El Gobierno de Estados Unidos anunció la madrugada del lunes (hora española) su decisión de designar a China como «manipulador de divisas», después de que el BPC dejara caer el yuan a mínimos del 2008 con el dólar. El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, explicó que la decisión fue adoptada tras un análisis realizado según el Acta de Competitividad de 1988, que «considera qué países manipulan la tasa de cambio entre su moneda y el dólar».

RESPUESTA CHINA

El Banco Popular de China expresó como respuesta su «firme oposición» a la decisión «unilateral» estadounidense, algo que no sucedía desde 1994, advirtiendo de que los pasos adoptados por las autoridades de EEUU socavan el consenso sobre los tipos de cambio y tienen un grave impacto negativo en la estabilidad del sistema monetario internacional.

El instituto emisor chino sostiene que EEUU ignora los hechos y atribuye injustificadamente a China la etiqueta de «manipulador de divisas», algo a lo que «la parte china se opone firmemente».

«Esto no solo socavará gravemente el orden financiero internacional, sino que también desencadenará turbulencias en el mercado financiero, obstaculizará en gran medida el comercio internacional y la recuperación económica mundial», advirtió el banco central chino.

Pero al margen de las palabras, lo cierto es que el tipo de cambio del yuan frente al billete verde se debilitó ayer un 0,1% hasta los 7,0585 yuanes por dólar, en mínimos de 11 años, después de que el BPC fijara en 6,9683 yuanes por dólar el punto medio del rango de oscilación diaria del 2% del tipo de cambio.

Ante esta situación al presidente estadounidense, Donald Trump, no se le ocurrió otra cosa que intentar sacar provecho electoral de la situación y tuiteó: «Grandes cantidades de dinero de China y otras partes del mundo entran en EEUU por razones de seguridad, inversión y tipos de interés...», en referencia a la bajada del tipo de interés de los bonos estadounidenses hacia los que se mueven muchos inversores, así como hacia otros activos refugio.

REGRESO A LA CALMA RELATIVA

En definitiva, volvió la calma relativa a los mercados, pero no se acabó la guerra. China anunció la suspensión de la compra de productos agrícolas de Estados Unidos, como respuesta al reciente anuncio de Washington de que incrementará en un 10% los aranceles sobre exportaciones chinas. «Se ha acordado que la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado no descarte gravámenes a la importación a productos agrícolas de EEUU, y las empresas chinas relacionadas han suspendido la compra de productos agrícolas estadounidenses», dice el texto.

Los analistas apuntan que el duelo comercial favorece los intereses de Trump de que la Fed siga la senda de bajada de tipos y el país desvíe la atención de los sangrante tiroteos que asolaron EEUU el fin de semana.