La directora general de Citroën, Linda Jackson, elogió ayer el trabajo realizado por la plantilla de Opel España en el lanzamiento de uno de los modelos estrella de la marca, el C3 Aircross. «Mi mensaje ha sido corto y breve. Gracias les he dicho», porque el trabajo realizado en los últimos meses ha permitido producir este coche con una «elevada calidad», y eso, añadió la jefa de Citroën, es una «magnífica noticia para nosotros».

La directiva británica, que reconoció la dificultad de ensamblar un vehículo con arquitectura PSA en una planta Opel, visitó la factoría aragonesa tan solo un día después de que el presidente de PSA, Carlos Tavares, y el consejero delegado de Opel, Michael Lohscheller, presentasen la hoja de ruta (plan PACE!) para hacer rentable la marca alemana en Europa tras 16 años de pérdidas.

Este plan incluye una versión eléctrica del nuevo Corsa a partir del 2019, pero no es descartable que esta posibilidad se extienda al Aircross, dejó entrever Jackson en un encuentro con los medios de comunicación. No obstante, reconoció que el 78% de las ventas del nuevo modelo corresponden a motores de gasolina. A su juicio, la implantación del coche eléctrico no dependerá solo de su fabricación sino de la infraestructura que disponga el cliente (estaciones de carga), su precio y autonomía, entre otras cuestiones, por lo que se mostró cauta y se remitió a las advertencias hechas por el presidente de PSA sobre las incógnitas que todavía se ciernen sobre el sector del automóvil.

MÁS VOLUMEN

La directora de Citroën, que estuvo acompañada por el director general de Opel España, Antonio Cobo, también se mostró satisfecha con la acogida del Aircross en el mercado. «Si todo va bien, llamaré a Antonio para decirle que hay que producir más», apuntó sonriente. El problema, advirtió Cobo, es que tenemos una «demanda tremenda» en la línea SUV (Mokka X, Aircross y Crossland X), pero recalcó que «estamos intoduciendo algunos cambios para fabricar todos los que podamos». Hoy, Figueruelas produce 1.840 vehículos diarios (uno cada 34 segundos), mil de ellos en la línea de montaje, en la que conviven coches de la marca Opel y de PSA. En la otra línea se fabrica solo el Corsa.

Jackson pudo comprobar in situ la marcha de la producción en Figueruelas, una factoría que ha introducido numerosos cambios en los últimos meses y que tiene una capacidad de producción de 480.000 vehículos y 180.000 componentes al año. Supone el 42% de la estampación de toda Opel Europa y un porcentaje similar en fabricación total, ocupa 528 campos de fútbol, alberga 1.600 robots, encierra 5 kilómetros de líneas de montaje y tiene una tasa de calidad del 98%. Además, la factoría ha introducido avances en materia de 4.0 y big data en los procesos productivos para mejorar la eficiencia y competitividad de la compañía.

Todo ello ha contribuido a elevar la reputación de Figueruelas, que es candidata a albergar nuevos modelos en el futuro, incluidos los de Citroën. Sobre esta posibilidad, Jackson consideró que se trata de un escenario viable, ya que el 60% de los coches de la marca que se venden en nuestro país se fabrican también en España. Eso sí, apuntó que la decisión de localizar cada producto «dependerá de cada proyecto». Lo que sí dejó claro la directora de Citroën es que la relación con Figueruelas ha sido fructífera en este tiempo, por lo que la fábrica aragonesa encara el futuro con cierto optimismo, más allá de los recortes que se tendrán que ir ejecutando en los próximos meses.

SIN MÁS DETALLES

Unos ajustes que todavía no han trascendido y que encierra el plan PACE! para cada una de las plantas de Opel en Europa. Ayer, la reunión que mantuvieron los representantes sindicales de Figueruelas en el pleno de comité de Opel Europa en Russelsheim (Alemania) apenas aportó novedades. «No hemos recibido más información, ni se ha detallado cuándo se va a ejecutar el plan», apuntó Chema Fernando (CCOO) tras el encuentro. Quizá trascienda algo el martes, fecha en la que hay prevista una nueva reunión para negociar el convenio en Opel España.