El cluster del automóvil de Aragón (Caar) ha criticado la demonización del diésel y los efectos que ello puede tener para la industria automovilística. En una entrevista concedida a Efe, su presidente, Benito Tesier, considera que los mensajes de la administración deben ser responsables porque «demonizar el diésel es pegarnos un tiro en nuestro propio pie».

Tesier, que también es director general de Brembo en España, señala que los mensajes que recibe la opinión pública en relación con el medio ambiente, la contaminación, las tecnologías y el cambio de propulsión están causado «confusión» y eso va en contra de la «fuerza industrial» del sector en España, porque no reflejan la realidad. «Europa se ha caracterizado por liderar el diésel a nivel mundial» mientras Estados Unidos se ha especializado en la gasolina, pero en esta industria, lamenta Tesier, no solo se manejan variables de eficiencia, tecnología o innovación, sino que también hay lobbies que intentan defender determinadas parcelas en contra de otros intereses. En este sentido, apela a una «transición ordenada» y a atacar el verdadero problema, los coches diésel de más de 12 años que aún circulan, con ayudas a los compradores para modernizar el parque.

ESPECIALIZACIÓN / En cualquier caso, Tesier incide en la necesidad de afrontar los cambios y de mejorar en la especialización. Por ello, insistió en que Aragón consiga aprovechar su oportunidad, una vez adjudicado a Opel España el nuevo Corsa y su versión eléctrica a partir del 2020. A su juicio, el verdadero éxito de esa adjudicación es que el máximo porcentaje de los componentes del vehículo se fabriquen en Aragón. Solo de esta forma se conseguirá que Aragón sea un referente de la movilidad del futuro. «Si solo ensamblamos el vehículo eléctrico no habremos conseguido nada», advierte Tesier, quien considera que las ayudas anunciadas por el Gobierno de Aragón a empresas para proyectos de innovación vinculados a la llega del Corsa eléctrico son «una primera piedra importante y el camino que hay que seguir».

El Caar, recordó, ha pedido a la Universidad de Zaragoza un estudio sobre las necesidades del sector para concurrir a esas ayudas y a la planta de Opel colaboración para que identifique los componentes que ve más difíciles de conseguir en Aragón, para estudiar la posibilidad de desarrollarlos no solo por una empresa, también por medio de uniones temporales de empresas.