La CNMV quiere evitar que los 200.000 empleados de bancos, sociedades de inversión y gestoras de patrimonio que pueden informar y asesorar vuelvan a vender productos financieros inadecuados para sus clientes, una práctica que ha quedado de manifiesto en los últimos años con escándalos como el de las preferentes. Para lograrlo, el organismo supervisor va a reforzar los requisitos y el control de la formación de estos trabajadores.

Tanto la normativa española como la europea obligan desde hace años a estos empleados a tener una cierta formación, pero la crisis ha demostrado que los requisitos eran demasiado «genéricos e insuficientes», admitió ayer la CMNV. Por ello, la Comisión Europea impulsó una nueva norma con unas exigencias de conocimientos «más concretas y para que las entidades se responsabilicen de la formación de sus empleados».

Según la guía técnica que la CNMV ha sometido a consulta, los empleados tendrán que acreditar 80 horas de formación para informar a los clientes y 150 para asesorarlos y deberán recibir 20 y 30 horas adicionales, respectivamente, de formación continua anual. El tiempo podrá ser inferior si la entidad lo justifica por vender productos sencillos.