Coca-Cola avanza en la producción de bebidas más saludables para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo. La compañía ha reducido un 23,7% el azúcar por litro en su oferta de productos desde el 2010 -tanto por cambios en las fórmulas de algunos refrescos como por la incorporación de bebidas menos azucaradas a su catálogo- y actualmente el 40% de las ventas en España se corresponde a bebidas ‘cero’ o bajas en azúcar.

"El objetivo es ser una compañía de bebidas total. Es decir, que nuestros productos se puedan consumir en cualquier momento del día y en diferentes circunstancias", ha destacado Pelayo Bezanilla, director de Comunicación y Sostenibilidad de Coca-Cola Iberia, durante un acto celebrado en la embotelladora de Martorelles (Vallés Oriental).

Por otra parte, el directivo se ha mostrado contrariado respecto al impuesto a las bebidas azucaradas que entró en vigor en Catalunya hace un año y medio: "Nos parece una tasa discriminatoria, que repercute en una parte de la sociedad con ingresos bajos y que tiene un efecto disuasorio únicamente a corto plazo", ha apuntado.

Cerca del 25% de los marcas de Coca-Cola que se consumen en España y Portugal proceden de la planta de Martorelles. Esto la convierte en la más importante de la península -con su producción abastece principalmente a Cataluña, Aragón y Andorra- y en una de las tres más importantes del grupo Coca-Cola European Partners, que opera en 13 países y es el mayor embotellador independiente de Coca-Cola en el mundo por cifra de negocio.

La fábrica vallesana produce unos 740 millones de litros al año de enseñas como Coca-Cola, Fanta o Royal Bliss, ocupa una superficie de 500.000 metros cuadrados, dispone de 11 líneas de producción y da empleo a 240 personas de media, aunque esta cifra varía mucho dependiendo de la época del año. Según cálculos de la propia compañía, el impacto económica de Coca-Cola en Catalunya en 2017 fue de 1.047 millones de euros, lo que equivale al 0,5% del PIB de la región.