La crisis del coronavirus y las estrictas medidas de confinamiento puestas en marcha por España para frenar la propagación de la pandemia provocarán, según la Comisión Europea, un desplome brutal de la economía española cuyo Producto Interior Bruto registrará en el 2020 una caída del 9,4%, dos décimas peor de lo anunciado por el Gobierno español la semana pasada durante la presentación del nuevo Programa de Estabilidad y el Plan Nacional de Reformas remitido a Bruselas. Este mayor pesimismo en el 2020 se compensará en el 2021 con una recuperación algo mayor, del PIB del 7% frente al 6,8% del Gobierno, aunque insuficiente para recuperar el terreno perdido.

Las nuevas previsiones económicas de primavera reconocen que la economía española "estaba en una senda de crecimiento moderado" antes del estallido de la pandemia del covid-19, con un crecimiento del PIB del 2% en el 2019, una previsión para el 2020 del 1,6% y unos indicadores de enero y febrero sin cambios respecto al ritmo previsto. Una situación que estalló con el coronavirus a principios de marzo. El brote severo de la pandemia llevó a las autoridades españolas a imponer estrictas medidas de confinamiento que culminaron en la suspensión de todos actividades esenciales durante dos semanas.

Según Bruselas, estas restricciones actuales tendrán "un efecto sin precedentes en la actividad económica, con un impacto particularmente severo en el sector servicios" aunque los técnicos comunitarios también constatan que se espera que la producción ya haya disminuido sustancialmente en el primer trimestre del 2020. Bajo el supuesto de un levantamiento gradual y selectivo de las restricciones más severas a partir de mediados de mayo, el análisis comunitario augura un zarpazo aún mayor durante el segundo trimestre del año antes de "un rebote mecánico" durante la segunda mitad del 2020 a media que la actividad vuelva a reanudarse gradualmente.

Déficit por encima del 10%

Pese a esta reanudación de la actividad, "para el conjunto del año la previsión de crecimiento se contraerá casi un 9,5%", apunta la Comisión en su informe de previsiones de primavera en el que augura también el fuerte impacto negativo que sufrirán las finanzas públicas debido a la contracción de la base impositiva que llevará a una caída de los ingresos al tiempo que se disparará el gasto por desempleo, las transferencias sociales o el gasto en atención médica.

"Estos factores, junto con los aumentos ya promulgados en las pensiones y los salarios del sector público, deberían llevar el déficit hasta aproximadamente el 10% del PIB en el 2020", sostiene la Comisión. El agujero en las cuentas públicas se reducirá en el 2021 pero sin cambios en la política económica del gobierno el déficit será del 6,7% del PIB en el 2021. Como consecuencia de esta brecha presupuestaria y el hundimiento del PIB, el ratio entre deuda y PIB aumentará unos veinte puntos y llegará en el 2020 al 115,6% antes de disminuir al 113,7% en el 2021.

El documento sostiene que el sector manufacturero reanudará su actividad con mayor rapidez que el sector servicios, donde se espera que las restricciones se mantengan durante más tiempo lo que afectará en particular al comercio minorista, a las actividades relacionadas con el turismo como el transporte, la alimentación y el alojamiento. Aún así, "las interrupciones en la cadena de valor mundial y una demanda más débil puede impedir una normalización de la industria", alerta el Ejecutivo comunitario.

El rebote a partir del 2021 dependerá del grado de normalización de las distintas actividades. "Si a principios del 2021 se levantan todas las restricciones productivas, la actividad debería experimentar cierto repunte durante la primera mitad del año y luego moderarse gradualmente, pero permanecer por encima del potencial en la segunda mitad", sostiene la Comisión que apunta a un crecimiento del 7% el próximo año.

El paro rozará el 19%

En cuanto a la situación del empleo, Bruselas espera que los ERTE ayuden a limitar el número de despidos y sirvan para garantizar unos ingresos mínimos mientras dure la recesión. Aún así admite que la tasa de desempleo se disparará rápidamente (al 18,9% en el 2020), amplificando el impacto en la economía aunque las pérdidas de empleo deberían reabsorberse en parte a medida que la actividad se recupere nuevamente.

Una recuperación, sin embargo, que será mucho más lenta debido a la gran incertidumbre y al desproporcionado impacto de la crisis en sectores intensivos de mano de obra como el comercio minorista y la hostelería. Hasta el punto de que la tasa de desempleo seguirá a finales del 2021 en el 17%. Una situación que también se reflejará en el consumo privado que registrará una "fuerte contracción" durante el primer semestre de este año seguido de un cierto repunte. Esta caída, sin embargo, "superará a la de los ingresos disponibles de los hogares, lo que dará como resultado un aumento considerable en la tasa de ahorro".

La nueva radiografía de Bruselas también sostiene que las medidas introducidas para apoyar al sector empresarial pueden ayudar a reducir el número de quiebras pero la débil demanda, la elevada incertidumbre, la escasez de liquidez y el deterioro de la rentabilidad se traducirán en una fuerte contracción de la inversión. Los efectos del coronavirus también se dejarán sentir en las exportaciones que retrocederán con fuerza en el 2020 debido a las fuertes caídas en los mercados de exportación, las restricciones de producción y el grave impacto de la crisis en el sector turístico.

De cara al 2021, las previsiones auguran a una recuperación de las exportaciones de bienes "pero se prevé que la recuperación del sector turístico sea más lenta debido a restricciones más duraderas en la actividad y posiblemente a una mayor aversión a los viajes". También es probable, apunta el informe, que las importaciones se contraigan fuertemente este año y se recuperen en el 2021, en línea con la demanda final. Por todo ello, la contribución de las exportaciones netas al crecimiento debería ser ligeramente negativa este año, y volverse positiva en el 2021. Debido a la marcada caída en los precios del petróleo, el superávit en cuenta corriente se ampliará, mientras que se espera que la inflación general disminuya del 0,7% en el 2019 a 0% este año, antes repuntar hasta 1,0% en el 2021.