Los tipos de interés son la tarifa a la que los bancos obtienen prestado el dinero del BCE y su evolución influye en los tipos de interés interbancarios como el euríbor, referencia para la mayoría de las hipotecas y préstamos. Los tipos de interés han evolucionado a la baja durante toda la crisis financiera y ya estaban en el mínimo histórico del 0,25%. El BCE podría haberlos dejado en el 0%, pero los situó ayer en el 0,15%. Es una bajada con más efecto simbólico que real, porque la diferencia entre el 0,25% y el 0,15% es mínima y los mercados ya estaban convencidos de que se reducirían. Los tipos de interés bajos garantizan que los bancos sigan obteniendo liquidez a bajo precio, aunque como se ha visto no garantizan que el crédito llegue a la economía si las entidades deciden destinar el dinero a especular o invertir en deuda pública. La medida debe interpretarse como que las hipotecas se mantendrán bajas durante un largo periodo de tiempo, aunque no necesariamente bajarán más de lo que ya están, sobre todo porque muchas tienen cláusulas suelo.