Diez trabajadores de Walthon, miembros del comité de empresa, tendrán que pagar una multa de 90 euros cada uno por una falta de coacciones. Sus abogados, Cristina Ruiz-Galbe y Pedro Domeque, alcanzaron con el fiscal una sentencia de conformidad antes de la vista que se iba a celebrar ayer en el Juzgado de lo Penal número seis de Zaragoza.

Los empleados fueron denunciados por uno de los últimos propietarios de la Walthon, Juan Carlos Arcéiz, a raíz de un incidente registrado el 2 de octubre del 2002 frente a su domicilio, en la avenida de César Augusto. Ese día, numerosos trabajadores de la empresa quebrada estaban en el lugar para reclamar que se hiciera justicia.

Cuando Arcéiz salió de la vivienda en su vehículo, un Mercedes 400 , varios trabajadores se colocaron delante del coche, impidiéndole circular, al tiempo que otros, cuya identidad no ha sido establecida, causaron daños al vehículo, en una luna, un retrovisor y en la carrocería. En este mismo lugar también se produjo otro incidente con un guardaespaldas del empresario, Luis Martínez de Baños, al que la Policía ocupó una pistola de fogueo.

Pese a que había un centenar de trabajadores, Arcéiz sólo denunció a los diez miembros del comité de empresa. El empresario se personó como acusación particular y pedía penas de cárcel, además de multas, pero se retiró antes del juicio y ni él ni su abogado acudieron ayer a la vista, pese a estar citado como testigo.

El fiscal que acusaba de los delitos de daños y coacciones, retiró el primero y redujo las coacciones a una falta, solicitando una multa de 90 euros para cada uno.

Tras consultar con sus abogados, los trabajadores, que inicialmente se mostraban reticentes a abonar una sanción "por algo que no hemos hecho", acabaron aceptando el acuerdo para evitar la celebración del juicio, ya que este fallo no computa como antecedente penal.