Uber ha perdido una larga batalla legal ante el máximo órgano de justicia en el Reino Unido. La sentencia dictada el viernes el Tribunal Supremo determinó que los conductores de Uber deben ser clasificados como empleados y no como trabajadores autónomos, rechazando así la apelación presentada por la firma estadounidense de transporte. A esos conductores les corresponden derechos básicos, como el salario mínimo y las vacaciones pagadas.

La compañía tiene 60.000 conductores en Gran Bretaña, 45.000 de ellos en Londres. En principio la sentencia sólo afecta al pequeño grupo que presentó originalmente la denuncia. Se estima que cada uno de ellos deberá recibir una compensación de hasta 12.000 libras (13.834 euros). El veredicto, adoptado por unanimidad, sienta sin embargo un importante precedente jurídico y tendrá implicaciones para otras firmas que operan con un modelo de negocio similar en la llamada 'economía gig'. Los sindicatos han calificado la decisión de "victoria histórica". "Posición de subordinación"

El contencioso arrancó en el 2016 cuando 25 conductores de Uber llevaron el caso ante un tribunal de empleo argumentando que no era autónomos, ya que la empresa era algo más que una simple plataforma tecnológica y un intermediario, como pretendía. Uber argumentaba que los conductores podían elegir sus horarios, el lugar de trabajo y en ocasiones colaboraban con varias aplicaciones al mismo tiempo. Perdieron el proceso en los tribunales en dos ocasiones, 2017 y 2018. Esta apelación era su último recurso. "Los conductores están en una posición de subordinación y dependencia en relación con Uber, de manera que tienen poca o ninguna posibilidad de mejorar su posición económica independientemente de su capacidad profesional o de su espíritu emprendedor", indicó el juez George Leggatt, uno de los miembros del Tribunal Supremo. La legislación está pensada para dar cierta protección a los individuos más vulnerables, que pueden decir poco o nada sobre su paga o condiciones de trabajo.

Los juristas consideran la sentencia un precedente que abre la puerta a miles de reclamaciones. Uber pone especial énfasis en que el veredicto se refiere a un pequeño número de nuestros conductores que utilizaron la aplicación de Uber en el 2016. Desde entonces, afirman, han introducido cambios, dando a los conductores más control sobre sus ganancias y proporcionándoles más protección, como seguros gratuitos en caso de enfermedad o accidentes. Vamos a consultar a todos nuestros conductores en el Reino Unido para saber qué cambios desean indicó en un comunicado Jamier Heywood, responsable de la firma en el Norte y el Este de Europa. Tras el anuncio las acciones del gigante del transporte americano cayeron un 3%.

Modelo cuestionado

La decisión judicial va más allá de Uber. Potencialmente puede afectar a millones de personas que deben trabajar en condiciones de gran precariedad. "Es un nuevo clavo en el ataúd de los que tratan de explotar la economía 'gig'", escribió en Twitter Mick Rix, representante del sindicato GMB.