El efecto dominó de la crisis inmobiliaria y financiera sumó ayer una nueva víctima: Construcciones Tabuenca. La firma aragonesa, con más de 50 años de actividad, recibió el auto del juzgado mercantil número 2 de Zaragoza por el que declara judicialmente el concurso de acreedores de la compañía tras haberlo solicitado voluntariamente el pasado 14 de abril. La deuda que arrastra la sociedad se eleva a 156 millones de euros, según apuntaron ayer fuentes de la compañía en un comunicado.

Entre los principales acreedores se encuentran las entidades financieras, que suman 142 millones de deuda principal, sin contar los intereses. Entre ellas, destaca la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria) que acumula 94 millones de euros, mientras que Barclays tiene otros 28 millones de euros.

El principal problema de Tabuenca ha sido la "imposibilidad" de negociar con el llamado banco malo y Barclays, que ayer precisamente anunció su marcha de España. El resto de la deuda está contraída, en su mayor parte, con las diferentes administraciones públicas.

Pese a la delicada situación de Construcciones Tabuenca, la entrada en concurso es vista por la compañía como una forma de "buscar una salida" y "adoptar acuerdos tendentes a la cancelación de la deuda hipotecaria, así como un convenio con sus acreedores ordinarios", apunta la firma. Todo ello, añade, para "garantizar la viabilidad de la empresa y la continuidad de la actividad", si bien reconoce que la compañía "nunca volverá a ser lo que era".

LA ETAPA DEL 'BOOM' El origen de los problemas de Construcciones Tabuenca estriba en la etapa del boom inmobiliario, cuando se realizaron inversiones muy importantes por parte del sector. La firma aragonesa también participó de este empuje inversor hasta el punto de destinar, entre los años 2002 y 2006, hasta 400 millones de euros a la compra de suelos en Madrid, Valencia y Mojácar (Almería), donde tiene una promoción de 116 apartamentos.

Dos años después estalló la burbuja inmobiliaria y financiera, se cerró el crédito, la compra de viviendas cayó en picado y el precio de las promociones se derrumbó.

Tabuenca es una más de las constructoras aragonesas que han sido víctimas de la crisis. En los últimos años también han entrado en concurso de acreedores Norconsa, Goya 900, Nozar, Progea, Plurelco, Marino López XXI y Dumesa.