Como en los peores momentos de la Gran Recesión, el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se ha reunido de urgencia por videoconferencia a última hora de este miércoles y ha aprobado ampliar en 750.000 millones de euros sus compras de deuda pública y privada hasta final de año. Para dar medida de la importancia de la decisión, basta subrayar que la cantidad se sumará a los 120.000 millones lanzados hace apenas una semana para combatir el impacto económico del coronavirus y a los 240.000 millones que ya tenía previsto comprar durante el ejercicio antes de que estallase la pandemia. En total son 1,11 billones, lo que implica una media mensual de 92.500 millones, la cantidad más alta alcanzada nunca por la institución.

La autoridad monetaria ha bautizado esta nuevo línea como Programa de Compra de Emergencia por la Pandemia ('Pandemic Emergency Purchase Programm'). La institución se ha visto obligada a volver a actuar con una premura propia de tiempos de crisis extrema porque las iniciativas que adoptó la semana pasada no han servido para contener las primas de riesgo soberanas de los países del euro (diferencial del interés del bono a 10 años de un país respecto al alemán de referencia, indicador del riesgo de impago a ojos de los inversores). Todo lo contrario: la española ha llegado este miércoles a sobrepasar los 160 puntos básicos por primera vez desde junio del 2016, mientras que la italiana ha rebasado la barrera de los 300 puntos básicos, ante los crecientes temores al impacto en las cuentas públicas de las medidas anunciadas por los Gobiernos.

Enmendando el error

En parte se debe a un error de comunicación cometido por su presidenta, Christine Lagarde, el pasado jueves, en el peor momento posible, que provocó un hundimiento histórico de las bolsas. La alta funcionaria francesa aseguró que el BCE "no está aquí para cerrar" dichas primas, lo que le valió críticas furibundas en Italia y Francia. La propia Lagarde trató de enmendarlo el mismo jueves en una entrevista posterior en la cadena de televisión 'CNBC', en las que aseguró estar "plenamente comprometida con evitar cualquier fragmentación" de las primas de riesgo.

Al día siguiente hicieron lo propio el economista jefe del organismo y los gobernadores de los bancos centrales de España, Francia e Italia. Sin embargo, su homólogo de Austria, Robert Holzmann, ha vuelto a sembrar dudas sobre el margen de actuación del BCE en una entrevista, lo que ha llevado a la institución en un gesto inédito a emitir un comunicado este miércoles negándolo, una rectificación a la que se ha sumado el propio Holzmann. Por si quedaba alguna duda, Lagarde ha insistido en un 'tuit' en el mensaje tras el anuncio de las nuevas compras: "Los tiempos extraordinarios requieren de una acción extraordinaria. No hay límites a nuestro compromiso con el euro. Estamos determinados a usar todo el potencial de nuestros instrumentos, dentro de nuestro mandato".

Más si es necesario

El BCE ha explicado que el nuevo programa de compras no terminará hasta que considere que la crisis del coronavirus ha pasado y "en cualquier caso no antes de final de año". Las adquisiciones de deuda pública se realizarán teniendo en cuenta la proporción que posee cada Estado del euro en el capital del organismo, pero al mismo tiempo se harán de manera "flexible", es decir, que se podrá primar la de los más afectados en los momentos que sea necesario, lo que es crucial para países como Italia o España. El consejo de gobierno también ha ampliado el tipo de activos privados que podrá comprar y ha suavizado las garantías que deberán presentar los deudores, otras dos medidas destinadas a incrementar el impacto del plan.

"El consejo de gobierno hará todo lo que sea necesario dentro de su mandato. El consejo de gobierno está totalmente preparado para incrementar el tamaño de sus programas de compra de deuda y ajustar sus composiciones tanto como sea necesario y por tanto tiempo como se necesite. Explorará todas las opciones y todas las contingencias para apoyar la economía durante este 'shock'. En la medida en que ciertos límites autoimpuestos puedan entorpecer la acción que el BCE requiera adoptar para cumplir su mandato, el consejo de gobierno considerará revisarlos tanto como sea necesario para hacer sus acciones proporcionadas a los riesgos que afrontamos", ha apuntado el organismo.