La almendra es uno de los frutos secos que ha experimentado un mayor crecimiento de producción en los últimos años en España. En este 2018 la Mesa Nacional de Frutos Secos ha arrojado una segunda estimación de cosecha, aún más positiva que la primera, que da una previsión de 61.160 toneladas de almendra en el conjunto del país, un 15% más respecto al 2017 y casi un 35% superior respecto a los últimos cinco años. Atendiendo a estas previsiones Aragón es la comunidad que se encuentra a la cabeza con 18.588 toneladas, un 18% más que el año anterior. La parte negativa es que como consecuencia del incremento de la producción, el precio está llegando a descender 3 euros el kilo en unos pocos meses. Así, en agosto del 2017 el kilo de la variedad largueta se adquiría por 7,10 euros el kilo y el de marcona por 7,45. Actualmente se encuentran en 4,75 y en 4,90 euros respectivamente.

Bernardo Funes, responsable del sector de frutos secos de UAGA, reconoce que «la subida en la producción es muy sustancial y tiene la importancia de hacernos líderes», pero pide una norma homogénea para toda España para fijar los precios y los niveles de producción.

Otro llamamiento del sindicato a la Administración es que apueste por el producto nacional y que las empresas dejen de importar tanta cantidad de almendra de California, una de las causas de la caída de precios. «120.000 toneladas se importan desde el continente americano, casi el doble de la producción de España», aseguró.

Además, Funes destaca que es muy distinto el cultivo de regadío y el de secano, ya que si el primero puede competir con la producción californiana, el segundo tiene muchos problemas. Entre ellos, «el envejecimiento de las explotaciones. Hay que tener en cuenta que constituyen el 80% de la producción y hay que reestructurarlas». Por ello, UAGA va a hacer llegar al Ministerio de Agricultura, un informe de las necesidades de este tipo de cultivos, «Apelamos a la sensibilidad de la Administración y pedimos una discriminación positiva para el secano ya que los de regadío pueden sobrevivir pero si el precio baja a menos de 3 euros el kilo, los cultivos de secano tendrán problemas», expone. Para solucionar estos problemas reclaman una serie de ayudas para el sector similares a las que tienen otro tipo de cultivos con las que se podrían renovar muchas plantas.

La parte positiva para Funes es que sigue habiendo mucha demanda de este producto, pero aún así pide pensar en las consecuencias cuando esta disminuya ya que se ha pasado de 30.000 hectáreas hace ocho años a 80.000 en la actualidad en Aragón. Esto se debe a que al calor de los altos precios se crearon muchas explotaciones que ahora ven los precios bajar.

A pesar de todo, las estimaciones son positivas y se prevé que seguirán aumentando.