La bolsa valoró más el coste que supone hacer del Abbey National un banco rentable --lo que se supone que ocurrirá a partir del 2007-- que el sentido de la oportunidad demostrado por Emilio Botín en la compra. Así, las acciones del banco cántabro cayeron ayer el 2,63%, hasta 7,79 euros, mientras que las del Abbey perdieron el 3,97%, hasta 554,06 peniques. El viernes registraron una revalorización superior al 17%.

"La operación es una gran oportunidad de obtener tamaño para el Santander. Y el tamaño es importantes en el sector bancario", comentó Jaime Puig, presidente de la gestora de Gaesco Bolsa. La operación, además ha contado con la ventaja de que las autoridades reguladoras del Reino Unido son menos restrictivas que las de la mayoría de países de la UE. "Cuando las eléctricas alemanas quisieron comprar otras compañías, sólo pudieron hacerlo en Inglaterra", recuerda.

Aparecen más dudas por lo que se refiere al negocio, puesto que se trata de un banco especializado en el crédito hipotecario en un país con burbuja inmobiliaria. No está claro que tenga gran margen de crecimiento, aunque es cierto que el cliente hipotecario es el más cautivo, "y que los tipos de interés en el Reino Unidos ofrecen más margen", reconoció Yolanda Arnáiz, analista de Riva y García

Los analistas coinciden en que la bolsa penaliza las operaciones de adquisición. "El mercado no quiere contabilizar sinergias a largo plazo. Y en esta operación no son inmediatas", señaló Francisco Salvador, de Ventura Finanzas. Asimismo, apuntan que para los accionistas de Abbey la operación tiene interés, pues en los últimos meses ha estado cotizado en torno a los 400 peniques. Además recibirán acciones que, "a juzgar por sus fundamentales, tienen potencial de revalorización", dijo Puig. Los expertos resaltan que es posible que a los accionistas británicos no les guste cambiar acciones en libras por otras en euros.