Los costes laborales por hora en España se incrementaron un 0,5% en el 2017, hasta 21,2 euros, cifra que se situó un 30% por debajo de la media de 30,3 euros de la zona euro y que coloca a España como el décimo país con los mayores costes entre los 19 países de la eurozona, según informó ayer Eurostat en un comunicado.

De este modo, la diferencia negativa entre los costes laborales por hora de España respecto de la media de la zona euro se ha ampliado desde el 22,7% del 2008 al 30% una década después. En el 2016, el dato de España fue el 29,2% inferior a la media de la zona euro.

Los datos de la agencia europea de estadística recogen que los costes laborales de la eurozona subieron durante el año pasado el 1,9%, hasta los 30,3 euros, mientras que en el conjunto de países que conforman la Unión Europea (UE) se incrementaron el 2,3%, hasta 26,8 euros.

No obstante, Eurostat subraya la disparidad existente en el coste laboral por hora entre los estados miembros, puesto que en Dinamarca alcanzó los 42,5 euros, el mayor registro entre los Veintiocho, frente a los 4,9 euros de Bulgaria, el país con menor coste por hora trabajada en la UE.

Entre los países de la unión monetaria, el país con mayores costes laborales por hora fue Bélgica, con 39,6 euros, por delante de Luxemburgo (37,6 euros) y Francia (36 euros). Por el contrario, los países con menores costes por hora de trabajo fueron Lituania y Letonia con 8 y 8,1 euros, respectivamente.

Por sectores, los mayores costes laborales se registraron en la industria (27,4 euros en la UE y 33,4 en la zona euro), por delante de las empresas (26,6 euros y 30,4 euros, respectivamente), los servicios (26,6 euros y 29,3 euros, respectivamente) y la construcción (23,7 euros y 26,7 euros, respectivamente).

En comparación con el 2016, los costes laborales por hora aumentaron en todos los países de la eurozona, salvo Finlandia, donde cayeron un 1,5%, mientras que los mayores incrementos se observaron en Lituania (+9%), Estonia (+7,4%) y Letonia (+7%).

Por otro lado, los gastos no relacionados con el salario, como las contribuciones sociales, representaron en España un 25% del coste total de la hora trabajada, una cifra cercana a la media de la UE (24%). Estos costes variaron entre los estados miembros desde el 6,7% en Malta al 32,8% en Francia.