La vigilancia del crédito al consumo y del crédito hipotecario centró la mayor parte de la actuación supervisora del Banco de España sobre la conducta de las entidades financieras en el 2020, que también se extendió a las tarjetas 'revolving' y a los depósitos. Así se desprende de la Memoria de Supervisión del Banco de España publicada este jueves en la que se da cuenta de que el organismo practicó en el 2020 un total de 600 actuaciones de supervisión a distancia continuada, de las que 144 tuvieron que ver con conducta de las entidades (como las relacionadas con créditos de consumo o hipotecarios). Otras 195 actuaciones fueron de evaluación de idoneidad de altos cargos y se inspeccionó a 26 entidades, entre otras medidas. El informe da cuenta de que, como resultado de estas actuaciones, el Banco de España emitió 405 requerimientos y recomendaciones a entidades, les remitió 99 escritos y tramitó 12 expedientes sancionadores.

Según la directora general de Supervisión del Banco de España, Mercedes Olano, la actividad del departamento durante el 2020 estuvo fuertemente condicionada por la pandemia, en una doble dirección. La limitación a las actuaciones in situ? y la suspensión de plazos administrativos dieron como resultado un menor número de actuaciones supervisoras en el 2020. Además, una parte importante del trabajo se centró en vigilar la correcta aplicación de las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno, como las moratorias hipotecarias o los créditos avalados por el ICO.

Conducta de las entidades

En particular, de las 144 actuaciones supervisoras del Banco de España realizadas en el 2020 sobre las prácticas de las entidades con sus clientes, un total de 38 se concentraron en la vigilancia del crédito hipotecario, mientras que 54 afectaron al crédito de consumo (26 de estas, a las tarjetas revolving?). Otras 24 actuaciones tuvieron que ver con los depósitos y hubo 28 relacionadas con publicidad , servicios de pago o financiación de pymes.

En la supervisión del crédito al consumo, se comprobaron aspectos como la actividad de comercialización de tarjetas 'revolving' de financiación para la adquisición de automóviles o los tipos de interés de los descubiertos en depósitos a la vista.

En las hipotecas prosiguieron los trabajos para comprobar la correcta aplicación de las cláusulas de limitación a la baja de la variabilidad del tipo de interés (conocidas como «cláusulas suelo»). También se comprobó la información facilitada sobre los tipos de interés y las medidas aplicadas para proteger a los deudores hipotecarios que se encuentran ante graves dificultades económicas.

Como resultado de estas actuaciones en el ámbito de conducta de las entidades, el Banco de España sancionó a una de ellas, formuló 33 requerimientos e hizo 27 recomendaciones centradas en la comercialización de tarjetas 'revolving' y en la cartera hipotecaria.

En cuanto a la actividad supervisora relativa a la publicidad, el Banco de España formuló 117 requerimientos, que culminaron con 56 ceses y 61 rectificaciones.

Inspecciones y sanciones

Además de las 26 inspecciones practicadas a entidades (20 de ellas junto al Banco Central Europeo, sobre grandes entidades) durante 2020 se iniciaron dos inspecciones generales de revisión del cumplimiento de las obligaciones de blanqueo de capitales y de financiación del terrorismo.

En total, el Banco de España tramitó 12 expedientes sancionadores en el 20202, sin que figuren en la Memoria de Supervisión los nombres de la entidades afectadas. Se da cuenta de que se abrieron tres nuevos expedientes sancionadores, se resolvieron otros ocho que habían sido iniciados con anterioridad y se reanudó uno contra una caja de ahorros, sus cargos de administración y dirección y los miembros de su comisión de control, que había quedado suspendido durante varios años por prejudicialidad penal. De los doce expedientes que estuvieron en tramitación el pasado año, cinco de ellos eran relativos a la transparencia y protección de la clientela.

Provisiones y morosidad

En una carta que acompaña a la Memoria de Supervisión Bancaria de 2020, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, insta a las entidades a seguir reconociendo a tiempo el deterioro del crédito derivado de la crisis sanitaria y económica. La directora general de Supervisión, Mercedes Olano, expresó que la morosidad irá en aumento en los próximos trimestres y que por ello las entidades tendrán que seguir aumentando sus provisiones extraordinarias, tras los 8.500 millones aplicados por todas ellas en el 2020.

En su misiva de presentación, Hernández de Cos, resalta la importancia de ejecutar de manera rápida y homogénea el nuevo paquete de ayudas aprobado la semana pasada por el Gobierno, al tiempo que ve necesario que se agilicen los procesos de liquidación. El gobernador advierte de que una de las consecuencias más preocupantes de la persistencia de la crisis es que las dificultades iniciales de liquidez de las empresas puedan convertirse en problemas de solvencia. "En caso de que se materializaran, estos problemas de solvencia no solo provocarían una destrucción de tejido productivo y de empleo, sino que también acabarían afectando a la posición patrimonial del sector bancario, que podría responder con una restricción crediticia que retroalimentará los efectos negativos sobre la capacidad de recuperación y el crecimiento económico a medio plazo, alerta.