Ayer, 24 horas antes de la fecha prevista por los responsables de Magdalenas Heras (El Quiteriano) para presentar el expediente de extinción de contratos para toda la plantilla (alrededor de 160 trabajadores), el conflicto industrial que enfrenta a la empresa y al Ayuntamiento de Monzón retornó a la vía del diálogo. El encuentro entre ambas partes sirvió para normalizar la situación, después de que el consistorio presentase a la compañía varias propuestas, dirigidas a legalizar la actividad de la factoría.

La primera de las premisas para ello es que la empresa inicie la urbanización de una zona verde en las proximidades de la fábrica. Además, deberá adecuar las instalaciones a la normativa de ruidos, debido a la cercanía de una zona residencial. Finalmente, las otras dos cuestiones pasan por obtener licencia de actividad en la fábrica antigua y en la ampliación que se llevó a cabo en la nave más reciente (tema que se encuetra pendiente de la decisión de la Comisión Provincial).

Al margen de ello, la crisis parece haberse llevado de nuevo al terreno de la negociación. "La empresa ha mostrado una buena disposición y un buen talante", explicó la concejala de Urbanismo, Elisa Sanjuán, al término de la reunión. En este sentido, el director financiero de El Quiteriano, José María Salinas, apuntó que "lo que nos interesa es solucionar el problema y no llegar a una decisión drástica". Sin embargo, de momento, no se ha descartado totalmente la presentación del expediente. Todo dependerá del encuentro que hoy mantendrán los responsables de la firma y el secretario general Técnico del deparmento de Economía del Gobierno de Aragón, Santiago Coello.

Además, el próximo viernes está prevista una reunión de empresa, comité y ayuntamiento con el consejero de Industria, Arturo Aliaga.

Con respecto al decreto de cierre, presentado por el Ayuntamiento de Monzón, Sanjuán manifestó que, de momento "está abierto", aunque podría retirarse si la empresa comienza la tramitación de los requisitos.