Cepyme Aragón celebrará el próximo miércoles la segunda edición de sus premios, una iniciativa que busca reconocer la apuesta de las pequeñas empresas por el territorio y poner en valor el trabajo «silencioso» de un tejido productivo que fija población en la comunidad. El presidente de la organización, Aurelio López de Hita, confía en consolidar unos galardones que se entregarán en la Sala de la Corona del Edificio Pignatelli. Este diario quiso aprovechar la ocasión para hablar con López de Hita sobre este y otros temas de actualidad.

-¿Se reconoce poco la labor que realizan las pequeñas empresas en la comunidad?

-Yo creo que sí. Pienso que es de justicia reconocer al menos una vez al año a 33 pequeñas empresas da cada una de las comarcas aragonesas, porque son ellas las que vertebran la comunidad y mantienen vivo el territorio. No debemos olvidar que son las pymes y los autónomos los que crean 7 de cada 10 empleos en Aragón.

-¿En qué situación se encuentran actualmente las pymes aragonesas?

-Es evidente que hay un despegue económico importante, sobre todo por su continuidad. Aunque tambien es cierto que las pymes son las últimas que perciben cualquier tipo de recuperación y que muchas aún están atravesando una etapa complicada por la caída del mercado y la carga fiscal. Su propia debilidad les hace ser más vulnerables cuando hay una crisis, pero sin pymes no habría economía.

-¿Las pymes han cambiado su forma de trabajar a consecuencia de la crisis?

-Con la crisis desaparecieron un 23% de las pymes, aunque se han creado otras muchas. La mayoría han aprendido que hay que poner los pies más en el suelo, ajustarse en cuanto a márgenes comerciales y adaptarse a los cambios, como por ejemplo la venta on line. Tenemos una red de medianas empresas muy consolidada, con un alto nivel de tecnología y capaces de exportar, pero la gran mayoría de las pymes son excesivamente pequeñas.

-Buscar alianzas entre pequeñas firmas se adivina fundamental. ¿El empresario aragonés es reacio a asociarse?

-Es individualista por naturaleza, pero de cara al futuro muchos tendrán que plantearse muy seriamente cualquier maniobra de asociación que les haga ser más competitivos. Todo esto va unido a una permanente formación por parte del empresario, que ya ha tomado conciencia de que no puede hacer lo mismo que hacía en los últimos años. Debe haber una evolución pemanente, de lo contrario el mercado les irá dejando en la cuneta.

-Desde Cepyme reclaman más medidas de apoyo a las pequeñas empresas. ¿Cuáles son prioritarias?

-Tienen que centrarse sobre todo en el fomento de la formación y del empleo. Creo que Aragón está en el buen camino. Aunque ahora se está creando sobre todo empleo precario, confío en que cuando la recuperación se consolide la calidad del empleo mejorarará.

-Los agentes sociales y la DGA firmaron en el 2016 un acuerdo para la mejora del empleo y ahora acaban de rubricar otro contra el paro juvenil.

-Creo que van a dar frutos importantes. Si de algo podemos presumir en Aragón es del clima de diálogo que hay entre sindicatos, patronal y administración.

-Siempre se quejan de la carga impositiva...

-Sobre todo lamentamos el agravio comparativo que existe entre las pymes y las grandes empresas, que tienen recursos suficientes para eludir, dentro de la legalidad, la carga impositiva y, además, cuentan con una protección legislativa mucho mayor que las pequeñas firmas.

-El presidente de Cepyme a nivel nacional, Antonio Garamendi, se mostró contrario recientemente a aumentar el salario mínimo en convenio a mil euros. ¿Comparte su opinión?

-Yo siempre he dicho que cuando una empresa tiene beneficios debe repartirlos de forma proporcinal. Soy partidario de que siempre que se pueda se suban los sasalarios y de que en las pymes y en las grandes empresas se tengan en cuenta las necesidades de los trabajadores. Pero también hay que saber que a día de hoy el 50% de las empresas no está en beneficios. En una pyme el que mejor sabe si hay beneficios es el trabajador y sabe cuándo puede apretar y exigir, y cuándo no puede hacerlo. Lo que hay que crear es un ambiente de diálogo y de sentido común.

-¿Cómo orientaría Cepyme la reforma de las pensiones?

-Es un problema muy complicado. Lo que es evidente es que de cara al futuro habrá que abordar el tema con crudeza y responsabilidad. Sería recomendable que se alcanzara un acuerdo entre todas las fuerzas políticas y sociales, planteándolo con una visión de futuro que me temo que es loque falta en este momento. Y si no queda más remedio habrá que echar mano de los presupuestos del Estado porque lo que no se puede es crear una masa de gente que no tenga lo suficiente para vivir.

-Se estima que solo el 20% de las firmas de Aragón que tienen un plan de igualdad son pymes. ¿Es más complicado aplicarlos en las pequeñas empresas?

-Desde Cepyme hace mucho que fomentamos la igualdad. De todas formas, yo no estoy de acuerdo con lo que se llama la brecha salarial porque los parámetros que se usan para medirla no son objetivos. A igualdad de trabajo normalmente cobra lo mismo un hombre que una mujer, salvo en puestos directivos en los que puede haber una diferenciación asumida voluntariamente por la propia trabajadora. La masa salarial obtenida por el conjunto de los varones es superior, pero sobre todo es porque las mujeres copan los empleos a tiempo parcial y porque, lamentablemente, aún no acceden con tanta facilidad a los puestos de dirección.

-¿Las relaciones entre Cepyme y CEOE Aragón gozan de buena salud?

-Son muy cordiales y de absoluta colaboración. No hay ningún problema, lo que pasa es que son ámbitos diferenciados, son mundos distintos y sus problemas son diferentes. Eso sí, pensamos que es clave que haya una colaboración muy estrecha en los problemas que sean comunes.

-En marzo del año pasado fue reelegido como presidente de Cepyme Aragón. ¿Estos serán sus últimos cuatro años de mandato?

-Sin duda alguna. Es necesario dar el relevo y así lo haré cuando llegue el momento.