Munehisa Homma fue un mercader de arroz japonés en el siglo XVIII que ha pasado a la historia de la economía por crear un mercado de futuros sobre ese alimento del que emanó un mercado secundario de títulos sobre esos derechos futuros de suministro de arroz. También escribió La fuente de oro, el primer manual sobre la influencia de los aspectos psicológicos en la evolución del mercado, en el que explicaba que las emociones de los comerciantes tienen gran peso en los precios.

"Cuando todo es pesimismo (o tendencia bajista), hay un motivo para que los precios suban (y viceversa)", aseguraba en el libro. Y en buena medida es verdad: los estados de ánimo de los inversores tienden a ser procíclicos y a acentuar las tendencias, y ahí surgen oportunidades de compra a buen precio. Pero no es menos cierto que hay razones objetivas que mueven a los mercados.

Las bolsas americanas, que han registrado enormes alzas desde el 2011, dan muestras de agotamiento y corrección, que ayer se vieron refrendadas por unos resultados de JP Morgan peor de los esperados. Solo un buen dato de confianza de los consumidores en EEUU y las palabras de Putin negando que vaya a cortar el suministro de gas a Ucrania evitaron caídas mayores. Pero las dudas siguen.

El Ibex 35, así, bajó el 1,26%, a los 10.205,4 puntos, en una semana que perdió el 4,42% y en que la prima de riesgo subió hasta los 168 puntos básicos.