Wayne Griffiths, consejero delegado de Cupra y presidente de Seat, ha confirmado en la presentación del balance económico anual de Seat, que el Tavascan dejará de ser un prototipo para convertirse en un coche más de la gama de Cupra. Este vehículo se presentó en forma de concepto en el Salón de Frankfurt de 2019 como el primer coche eléctrico de la marca, antes de que se conociera que el eléctrico Born no sería Seat, sino Cupra. El nuevo todocamino eléctrico llegará en 2024 y no se producirá en la planta de Martorell.

El Tavascan, que lleva por nombre de uno de los pueblos más emblemáticos del Pirineo, es un SUV cupé basado en la plataforma MEB del Grupo Volkswagen que, en el momento de su presentación como prototipo, montaba una batería de 77 kWh de capacidad para una autonomía total de 450 kilómetros. Sus motores eléctricos, que le proporcionaban tracción total, entregaban 306 CV de potencia para acelerar de 0 a 100 en 6,5 segundos.

En el momento de su presentación, su diseño se llevó todas las miradas, con un frontal agresivo y afilado con el logotipo de Cupra iluminado en el paragolpes y la inscripción ‘Cupra’ entre los grupos ópticos, que afinan la firma lumínica de la marca. Con grandes pasos de rueda, de perfil llamaban la atención el contraste entre la fluidez general de su silueta y algunas líneas muy marcadas que aportan caracter. Sus llantas eran de 22 pulgadas. En la trasera, la luneta, muy inclinada, quedaba encima de unos grupos ópticos inéditos unidos por una franja iluminada con el logotipo de cupra también iluminado en rojo en el centro. El nombre del modelo, en el color cobre de Cupra, redondeaba el conjunto en la zona superior de su difusor. En el interior, una enorme pantalla de 13 pulgadas reclamaba todo el protagonismo en un espacio casi minimalista, escudada de un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas.

Será el segundo coche eléctrico de la marca española tras la llegada del Born, con el que compartirá la plataforma MEB del Grupo Volkswagen, arquitectura que montarán muchos otros modelos eléctricos del consorcio alemán divididos entre las demás marcas. El Volkswagen ID. 3, el ID. 4 o el Skoda Enyaq.

Un eléctrico para Martorell

Griffiths también ha confirmado que el Grupo Volkswagen ha adjudicado a Seat la misión de desarrollar una variación de la plataforma MEB para vehículos pequeños, del tamaño del Ibiza y el Arona, para todo el consorcio alemán, es decir, que usarán tanto Seat, como Audi, Volkswagen, Skoda y la misma Cupra.

Este esqueleto, además, será la base de un vehículo urbano 100% eléctrico de Seat que se producirá en Martorell a partir de 2025 y que se convertirá en el primer vehículo totalmente eléctrico ensamblado en la planta catalana, un encargo que la enseña española esperaba desde que el pasado mes de julio anunció la inversión de 5.000 millones de euros para 2025 para adaptar sus instalaciones a la producción de coches eléctricos. De hecho, en ese mismo año es en el que espera Seat empezar a producir este vehículo urbano eléctrico. Según Griffiths, su ambición es llegar a producir “más de 500.000 coches eléctricos urbanos al año en Martorell, también para el Grupo Volkswagen”. “Necesitamos, pero, un compromiso claro por parte de la Comisión Europea”, ha añadido.

Griffiths ha recordado el papel histórico de Seat en la industria del automóvil española y ha reivindicado su responsabilidad para "poner España sobre ruedas eléctricas". Para cumplir con este cometido, la firma catalana ha presentado el proyecto Future Fast Forward, que contempla la creación de un ecosistema de vehículos eléctricos, la estimulación de la demanda y el desarrollo de infraestructuras públicas de recarga. La automovilística ha reclamado el apoyo de instituciones y ha nombrado algunas de las empresas que, junto a Seat, participarán en el proyecto, como Antolín, CaixaBank, Ficosa, Gestamp o Iberdrola, entre otras.

El Covid provoca pérdidas por valor de 194 millones

Según el balance económico anual presentado por la marca, Seat perdió 194 millones de euros el año pasado por culpa del Covid-19, que lastró una racha de buenos ejercicios que culminó en 2019 con un beneficio neto de 346 millones de euros. Según la marca, estos resultados eran esperados tras el paso del virus y la caída de ventas del 25,6%, hasta las 427.000 unidades, que supuso una reducción de los ingresos del 21% hasta los 8.784 millones de euros. Cupra, por su parte, cerró un buen año con un incremento de las ventas del 11% hasta las 27.400 unidades.

En 2021, año para la que llegarán las nuevas generaciones del Ibiza y el Arona, Seat se ha marcado el objetivo de volver a la rentabilidad. "Queremos aumentar las ventas y recuperar nuestros volúmenes a los niveles anteriores al Covid. En 2021 nuestro objetivo financiero es volver a la rentabilidad", ha apuntado Griffiths.