"Podemos cambiar el comportamiento de los demás si cambiamos nuestra actitud hacia ellos".

Descubrí a Dale Carnegie, cuando aún no había cumplido 18 años allá por 1976, paseando por el mercado de libros viejos de San Antoni, en Barcelona, tropecé c su obra más emblemática Como ganar amigos e influir en las personas. A mis 17 años, yo era una estudiante de COU más interesada en conocer chicos que en vender una escoba. No sabía aún nada de las habilidades que debía desarrollar un buen comercial al margen de haber comprado a varias visitadoras de Avon productos que prometían mejorar el estado de mi acné. Ese libro viejo publicado en 1936 cambio mi vida. Me hizo más sabia. Me dio pistas para entender mejor el mundo, el mercado y sobre todo a las personas. Se han vendido 15 millones de copias a nivel mundial y aún siguen vendiéndose. Carnegie es el padre de la "autoayuda". Desde su muerte en 1955 su instituto sigue formando a líderes y docentes de todo el mundo para que prediquen sus sabios consejos.

Mis preferidos son: No critiques, no censures, no te quejes. Se honesto en tus apreciaciones. Despierta interés en los demás. Sé interesante. Haz que te quieran mostrando interés auténtico en otras personas, sonriendo, recordando el nombre de la persona que tienes frente a ti, escuchando lo que dice con interés, animando al otros a hablar de si mismo. Deja que la otra persona se sienta importante.

Desde 1976 he leído cientos de manuales sobre cómo vender más y mejor, además de asistir a otros tantas formaciones sobre coaching o crecimiento personal para personal directivo... pero aún no he encontrado nada que supere los consejos de Carnegie. De esta genuina obra han mamado miles de autores que han ayudado a muchas personas a cambiar de actitud y a reconocer su grado de responsabilidad en las respuestas que reciben de los otros. La autoayuda suele calificarse como literatura banal pero su demanda sigue en alza.