El decreto del Gobierno que considera el comercio electrónico como actividad esencial de la economía está dando alas al desarrollo de la venta 'on line' en algunos ámbitos. El cierre comercial excepto para las tiendas de alimentación ha hecho que la venta en internet se convierta en una válvula de escape para el sector de la distribución, pero también de manera indirecta para cualquier actividad de producción. Pese a ello, la actividad postal es menor que en circunstancias normales.

Pese a la opción de las compras por internet, en casi ningún caso se compensa el impacto económico del cierre de los canales de venta tradicionales. La puerta de permitir el comercio electrónico en España es una vía para minimizar el desplome de las ventas en todos los sectores, especialmente en el textil con el cierre de miles de tiendas en Europa. De no haberse dejado esa rendija en las restricciones de actividad, se hubiera desatado un alud de importaciones con efectos económicos irreparables, reconocen en el sector industrial.

Pero la situación actual ha desbordado las capacidades logísticas de las empresas de distribución. La venta 'on line' de los supermercados está desbordada desde el inicio del confinamiento y los consumidores necesitan mucha suerte para conseguir tramitar los pedidos. El decreto del Gobierno de limitar la actividad de las empresas en España para reducir los movimientos de personas deja al margen "las que trabajan en la distribucion y entrega de productos adquiridos en el comercio por internet, telefonico o correspondencia". Esta salvedad permite que las empresas preparen los envíos, aunque el comportamiento de los consumidores en confinamiento es en gran medida una incógnita. La saturación de peticiones por el cierre de comercios ha hecho que los envíos, en general, sean mucho más lentos, en general más del doble que lo habitual.

Menor actividad postal

En el mismo Correos, la actividad se ha restringido según fuentes de la empresa a servicios esenciales mientras los sindicatos reclaman incluso el cierre total. La ley contempla que Correos pueda gestionar los envíos no urgentes, como el paquete azul de hasta 20 kilos de peso, con un compromiso de plazo de entrega que debe ser en un 80% de los casos de hasta tres días. En la práctica es difícil ese objetivo. Solo el 25% de la plantilla trabaja actualmente por día y en días alternos, unas 13.000 personas a diario, gestionando al día unos 5,5 millones de envíos con unas 160.000 entregas por jornada, según Correos. El cumplimiento de los plazos de entrega estipulados por ley constituye uno de los elementos esenciales del servicio postal universal (SPU), junto con su prestación en todo el territorio.

La rendija del comercio comercio electrónico es una oportunidad de desarrollo pero en la práctica existen limitaciones. La empresa privada de correo urgente Seur explica que desde el decreto del estado de alarma, "se ha registrado un descenso de volúmenes, principalmente por el B2B y en algunas categorías del 'ecommerce' por un descenso generalizado del consumo". Reconocen que en la actual situación de restricciones "no es posible garantizar los plazos de entrega".

Alimentación, sobrepasada

Mientras en los servicios de entrega de cestas de la compra desde supermercados están casi colapsados, en otro tipo de productos como el textil está cayendo el interés de los consumidores en la compra 'on line' tras el confinamiento. Las rebajas se han adelantado para intentar enmendar una situación que amenaza con prolongarse.

Existen comercios que han suspendido la venta 'on line' tras el cierre de las tiendas físicas por falta de rentabilidad, mientras otros han reactivado el canal incluso reorganizando las empresas (como Ametller Origen). Grandes firmas del sector de distribución han potenciado la venta 'on line' conscientes de que de una buena gestión actual pueden conseguirse clientes fieles en el futuro. Pero la capacidad logística general es insuficiente en algunos casos y el consumidor puede quedar descontento. Mercadona ha sido consciente de esa dificultad de dar un buen servicio con la saturación actual y ha suspendido la venta 'on line'. Otras cadenas han seguido esa línea ante el crecimiento excesivo de la demanda y falta de estructuras rentables.

Electrodomésticos

Otros en cambio ven en internet una vía para sembrar la semilla de futuras expansiones y minimizar el efecto del cierre de tiendas. En la venta de electrodomésticos, por ejemplo, El Corte Inglés ha visto una manera de enfatizar la relación con los clientes al dar una opción de compra o reparación a aquellas familias que hayan sufrido la rotura del frigorífico o la lavadora, por ejemplo. Pese a aplicar un expediente de regulación de empleo temporal (erte) por el cierre de tiendas, el área 'on line de El Corte Inglés funciona con pleno rendimiento. Y lo mismo explica la cadena de electrónica Mediamarkt, con envío y reparación de electrodomésticos o cualquier producto a la venta, pese al cierre de tiendas.

Muebles

El pastel 'on line' atrae a todo tipo de firmas y sectores. El gigante sueco Ikea, también con tiendas cerradas y erte en marcha, mantiene abierto el servicio de venta en internet. Es posible comprar complementos y hasta muebles, pero el montaje debe ser asumido por los clientes. Los plazos de entrega de las grandes firmas están en general en torno a los cinco días, pero pueden ser más.

Niños

Coinciden las firmas con actividad en que el consumidor confinado está demandando productos relacionados con el teletrabajo o el ocio de los niños. La juguetera ToysRUs, por ejemplo, también ha entendido que la confinación de los niños en el hogar era una oportunidad para la venta de juguetes. La firma ha informado de que ha llevado "todo su catálogo de juguetes a la web". Play Doh; Monopoly o Lego, son los más elegidos. Ikea tiene en oferta su cocinita. Los videojuegos también son una constante. Los niños están en el objetivo del comercio.

Amazon

El gigante del comercio electrónico Amazon también trabaja a pleno rendimiento. Pese a ello, los plazos de entrega tienden a ser más amplios de lo habitual frente a una situación normal. Incluso productos propios como los lectores de libros electrónicos se llegan a entregar con más una semana de plazo. El temor al mordisco de Amazon en una coyuntura como la actual está en el ambiente. El mismo presidente de la Confederación Española de Comercio, Pedro Campos, ha reclamado al Gobierno que se prohíba a Amazon vender nada fuera de lo que sea considerado primera necesidad, pero la petición parece caer en saco roto por el momento.

Electrónica

En electrónica, un indicador de tendencia también lo ofrece la firma PC Componentes, uno de los mayores distribuidores en España en el mercado 'on line' antes del decreto del Gobierno. Ya en los primeros momentos de la crisis desatada con el coronavirus se detectaron alzas importantes en la demanda de ordenadores portátiles. En concreto, en la primera quincena de este mes las ventas aumentaron el 60%, especialmente para teletrabajo en casa, con un aumento del precio medio de la cesta de la compra del 50%, hasta los 300 euros. "Hemos notado un aumento significativo en todo aquello relacionado con el teletrabajo, la educación, la comunicación", explican. Incluso sillas de oficina, añaden ya que opinan que "trabajar desde casa es algo muy nuevo para mucha gente y ha sido necesaria una adaptación en tiempo récord". Sin embargo se ha notado una caída en la venta de otros productos como 'smartphones', tabletas, videocámaras o patinetes eléctricos.

Tienda tradicional

Hasta en la venta de alimentos para mascotas se está incrementando la venta 'on line'. La firma Gosbi asegura que ha multiplicado por cuatro la venta por internet. Esta firma, "con el fin de cuidar al canal especializado en estos días difíciles para el comercio local, ha adaptado su web de modo que parte de los beneficios provenientes de la venta 'on line' puedan llegar a aquellos comercios que colaboren con la marca, y así ofrecer una ayuda extra en estos momentos de cierre de tiendas, que amenaza a las tiendas independientes o tradicionales. Especialmente a aquellas que no tuvieran sistemas de venta 'on line' propios.