El déficit de las administraciones públicas cerró el año pasado en 31.805 millones de euros, el equivalente al 2,63% del PIB, cuatro décimas menos que el año anterior (3,03% del PIB). Esta disminución del déficit se produjo por un mayor incremento de los ingresos (6%) que de los gastos (4,7%).

Después de 10 años con déficit por encima del 3% del PIB (desde el 2008), el dato del 2018 publicado ayer por la Intervención General del Estado (IGAE) avala que España pueda salir del Procedimiento de Déficit Excesivo de la Comisión Europea. España es el único país bajo este mecanismo de control y vigilancia, tras la salida de Francia el año pasado.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, calificó ayer este hecho como una «magnífica noticia». En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Montero valoró que salir del «brazo correctivo» del Procedimiento de Déficit Excesivo (PDE), dotará de «mayor credibilidad» a las cuentas públicas.

A partir de ahora, España también quedará bajo el llamado «brazo preventivo» del PDE. Ya no vendrán a España los conocidos como «hombres de negro» de la Comisión Europea para vigilar las medidas de ingresos y gastos adoptadas por el Gobierno, pero España tendrá que cumplir unas reglas de estabilidad presupuestaria aún más exigentes.

Así, después de haber logrado situar el déficit público por debajo del 3% del PIB, la vigilancia del ‘brazo preventivo’ se centrará en la evolución de la deuda pública y en la reducción del llamado déficit estructural (el que no tiene en cuenta los efectos del ciclo económico). El nivel de deuda pública se redujo un punto del PIB en el 2018, hasta el 97,2%, y alcanzó los 1,174 billones de euros.

Además, según ha hecho notar la ministra Montero, a partir de ahora será más difícil cumplir con la exigencia de la regla de gasto, pues para evaluar que las partidas no crezcan por encima del límite establecido (el 2,7% en el 2019) también se tendrá en cuenta la evolución del gasto en pensiones, de más difícil control.

El dato de déficit del 2,6% se sitúa cuatro décimas por encima del objetivo oficial para este año (2,2%), si bien queda una décima por debajo de la nueva meta que se había marcado el Ejecutivo de Pedro Sánchez tras llegar al Gobierno y revisar el estado de los ingresos y los gastos heredados del equipo de Mariano Rajoy.

«Los datos del déficit demuestran que España camina en la buena dirección y que cada partida de gasto que se aprueba tiene su contrapartida en los ingresos», dijo la ministra. De cara al 2019, Montero pronosticó que «el déficit seguirá bajando aunque no haya Presupuestos».

Hacienda ha comunicado a Bruselas la previsión de que, en un supuesto de prórroga presupuestaria, el déficit se situará en el 2% del PIB en el 2019, por debajo de la primera horquilla proyectada, de entre el 2,2% y el 2,4%. El 2% del PIB, en todo caso, queda lejos del objetivo oficial del 1,3%.

El producto interior bruto (PIB) español creció el 2,6 % en 2018, una décima más de lo avanzado inicialmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en su avance de enero. Los datos de Contabilidad Nacional publicados ayer apuntan que el PIB creció el año pasado cuatro décimas por debajo del 3% anotado el año anterior y certifican el 2018 como el tercer año de desaceleración de la economía española.

Después del techo del 3,6% anotado en el 2015, el avance anual del PIB ha encadenado tasas del 3,2%, el 3% y el 2,6% el año pasado.