El déficit del gas, que a 31 de diciembre pasado se situó en unos 300 millones de euros, se pagará plazos a través del recibo durante los próximos 15 años. Este desfase, muy inferior al de 30.000 millones de euros que se produce con la tarifa de la luz, alcanzaría al final del presente ejercio unos 800 millones de euros si no se toman medidas.

Por ello, el Gobierno ha aprobado dentro de un paquete más general de medidas económicas un ajuste de las retribuciones del sistema gasístico por 238 millones de euros, equivalente a un 7% de los 3.350 millones de costes anuales regulados de este sector. Este recorte de retribución tiene como objetivo aplacar un déficit de tarifa y se realizará sin necesidad de subir las tarifas, según el Ejecutivo. La fórmula de laminar el coste a lo largo de años a través del recibo es la que se utiliza también con el déficit de la tarifa eléctrica.

A la vez, el consejo de ministros ha aprobado también liberalizar el precio de las bombonas de butano más ligeras, para que aparezcan alternativas en el sector. Las bombonas más comunes, las de 12,5 kilogramos (9 kilos en vacío) y utilizadas por más de ocho millones de clientes, seguirán sujetas a precio regulado. Actualmente el precio permanece congelado en 17,5 euros. En realidad seguirán tuteladas las de butano citadas y las de propano que pesan entre ocho y 20 kilos. En estos casos, además de un precio máximo regulado se mantiene la obligación de reparto a domicilio.

Otra de las novedades para el sector es que se acaba con la exclusividad de los contratos entre el operador mayorista y el distribuidor para el reparto a domicilio. Esto supondrá que las empresas repartidoras podrán llevar bombonas de varias marcas.

Las bombonas a las que afecta la liberalización son las que pesan en vacío menos de 9 kilogramos, comercializadas en su mayoría por Cepsa. Las de 12,5 kilos están controladas por Repsol Butano.