A la Comisión Europea se le ha terminado la paciencia. «Los aranceles impuestos por Estados Unidos a las aceitunas de España son injustificados, innecesarios y van contra las normas de la Organización Mundial del Comercio. Mañana llevaremos el caso ante el mecanismo de resolución de disputas de la OMC, pidiendo consultas con Estados Unidos», anunció ayer la comisaria de comercio, Cecilia Malmström.

La decisión llega tras meses de indecisión y mucha presión por parte del Gobierno español ante los aranceles del 34,75% aplicados desde el pasado mes de agosto por la administración estadounidense y que han llevado al desplome de las exportaciones. «Desde el lado de la Comisión hemos sacado este tema con nuestros socios estadounidenses en muchas ocasiones», explicó Malmström, quien cerró filas con España. «Junto con las autoridades españolas seguiremos defendiendo vigorosamente los intereses de los productores de la UE», añadió.

El Ejecutivo comunitario comunicó al Gobierno español su decisión de abrir consultas en Ginebra el pasado viernes. El gesto ha sido recibido con satisfacción por el ministro de agricultura, pesca y alimentación, Luis Planas, que espera ahora receptividad de la parte de Washington. «Esperamos que haya receptividad por parte de Estados Unidos sobre el tema. Confiamos y deseamos. Ojalá fuera así», indicó a su llegada al consejo de agricultura que se celebró ayer en Bruselas.

España lleva meses presionando a Bruselas para que dé los mismos pasos que la Comisión Europea ha dado en el caso de los aranceles al acero y aplicar medidas para proteger a un sector que, según el Gobierno de Donald Trump, está dopado de ayudas públicas encubiertas.

La guerra contra la aceituna arrancó ya el año pasado tras la denuncia de varias empresas californianas que acusaron a la competencia española de, según ellos, beneficiarse de ayudas públicas ilegales.