La reunión del Pacto de Toledo convocada para ayer fue suspendida in extremis ante la falta de acuerdo entre los grupos políticos sobre cómo garantizar el poder adquisitivo de las pensiones en el futuro y cuál debe ser el papel del índice de precios de consumo (IPC) en la revalorización.

La convocatoria de esta reunión (luego anulada) había servido de reclamo para un nuevo acto de protesta de organizaciones de pensionistas en las inmediaciones del Congreso de los Diputados que resultó más tensa que otras anteriores. Las fuerzas de Seguridad tuvieron que intervenir en varias ocasiones para evitar el derribo de las vallas que impedían el acceso a las puertas del Congreso del centenar de manifestantes que protestaban en la Carrera de San Jerónimo. Uno de los momentos más tensos se produjo cuando el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, salió del Congreso y se reunió con los manifestantes que le recibieron con gritos de «sí se puede» y nuevos forcejeos con la Policía para intentar derribar las vallas.

Las discrepancias entre los grupos sobre cómo garantizar el poder adquisitivo de las pensiones basculan entre la postura de máximos que defiende Unidos Podemos (a favor de garantizar que las pensiones suban eel IPC como mínimo) y la representada por formaciones como PDCat, PP y Cs, para quienes debería dejase una puerta abierta para poder limitar la subida de las prestaciones más elevadas en momentos de recesión. El PSOE se apunta ahora a la tesis de Podemos de que las pensiones deben subir «como mínimo» según el IPC. Esta tesis es compartida en general por el bloque de los grupos de izquierda (ERC y Compromís) y también por el PNV, presionado por los pensionistas vascos. En la sesión de control del Congreso, la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, rechazó adoptar de manera «unilateral» ninguna ley para establecer la revalorización en función del IPC ya que, dijo, cualquier norma debe salir del Pacto de Toledo y del diálogo social.