La evolución de los precios, estancados en niveles bajísimos desde hace un año, experimentó el pasado julio una nueva caída que sirve de argumento a quienes advierten del riesgo de que se produzca una deflación, un peligro que el Ministerio de Economía descarta. El índice de precios de consumo (IPC) recortó cuatro décimas su tasa interanual en julio, hasta el -0,3%, según datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Es la tercera vez en el último año que el IPC interanual entra en terreno negativo, y también la que lo hace más intensamente, ya que en las dos anteriores (octubre del 2013 y marzo del 2014), el retroceso fue del 0,1%. Es, además, el mayor descenso desde octubre del 2009 (cuando la variación interanual fue del -0,7%). En Aragón, la inflación en julio se sitúa en el -0,4% anual, una reducción de cuatro décimas por debajo del registro del mes anterior al igual que en la totalidad de España.

ALIMENTOS MÁS BARATOS Los principales responsables de la caída de los precios respecto a hace un año fueron los carburantes (que se mantuvieron estables, frente al aumento del 2013), y los precios de la electricidad y de la alimentación, que cayeron. Destaca, por ejemplo, el abaratamiento de la fruta fresca (-15,5%) y las patatas (-25,1%). La inflación subyacente, que excluye los alimentos no elaborados y los productos energéticos, se situó en el 0,0%.

A partir de estos datos, el Ministerio de Economía remarcó que fueron los componentes más volátiles del IPC los causantes del descenso de la inflación interanual, por lo que consideró que se trata de una reducción "transitoria", en previsión de que "en los próximos meses recupere un signo ligeramente positivo". Es una lectura similar a la de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), que en sus previsiones no descartaba una tasa negativa en agosto, pero que mantenía que diciembre acabará en el 0,3%.

También la patronal CEOE estimó que la inflación seguirá desacelerándose lo que queda de verano, y repuntará en los últimos meses del año, siempre con tasas moderadas, si no hay alteraciones en el precio del petróleo. La patronal, sin embargo, advirtió ayer que "cualquier deterioro de la competitividad supondría una limitación para la recuperación de la economía española".

ZONA EURO El Gobierno considera que la moderación de precios favorece precisamente la competitividad, especialmente teniendo en cuenta que la tasa de inflación de la zona euro, aun estando en niveles muy bajos (0,4% según estimaciones del Eurostat) sigue por encima de tasa la española (-0,4% en IPC armonizado).

La federación de trabajadores autónomos ATA se sumó a apoyar la tesis de que la inflación repuntará y consideró que el hecho de que se abaraten los carburantes y la tarifa eléctrica "no es mala noticia".

Las visiones más alarmantes provinieron ayer por parte de los sindicatos. Tanto CCOO como UGT alertaron de que la caída de los precios en julio pone de manifiesto la debilidad de la economía española y aumenta el riesgo de deflación. Ambos criticaron que la baja inflación resta poder adquisitivo de los trabajadores y reclamaron una mejora de los salarios para reactivar la demanda interna. UGT criticó que la política del Gobierno está "asentada en la devaluación de las rentas de los trabajadores". Los empleos precarios, temporales y a tiempo parcial "no son los que van a impulsar y consolidar una recuperación duradera", remachó el sindicato de CCOO.

En variación mensual, es decir, julio respecto a junio, el IPC cayó el 0,9%, debido sobre todo al efecto de las rebajas de verano. Por ello, uno de los grupos que más contribuyeron al descenso fue el del vestido y el calzado, que bajó el 12,9%.

También descendieron los precios de la electricidad y los servicios telefónicos, mientras que se encarecieron los precios de los viajes organizados, los hoteles y otros alojamientos, como consecuencia de la temporada alta turística.