La gran banca no para de idear sistemas para recuperar clientes y cuota de mercado. Ahora se han puesto de moda las tarjetas con descuento, que amenazan con convertirse en el próximo objeto de batalla entre entidades esta primavera. El caso es convertir a la tarjeta en el objeto de mayor deseo de los clientes. El BBVA lanzó ayer la Tarjeta Diez, que devuelve el 10% del importe pagado con ese plástico en las 3.000 gasolineras de Repsol, Campsa y Petronor, las más de 1.000 tiendas de Zara y del Grupo Inditex, y en todos los restaurantes y cafeterías.

Hace tan sólo 12 días, fue Banesto quién lanzó otra tarjeta de similares características, denominada Visa TU , que ofrece descuentos permanentes de hasta un 5% en hoteles y balnearios; de un 4% en perfumerías, farmacias y herbolarios; de un 3% en peluquerías, gimnasios e institutos de belleza; de un 2% en zapaterías y del 1% en hipermercados y supermercados. Visa TU admite la domiciliación externa, por lo que el usuario no necesita cambiar de banco y la cuota anual es de nueve euros.

En el BBVA, para conseguir Visa Diez es necesario hacerse cliente del banco y pagar una cuota anual de 10 euros. El banco pretende conseguir un millón más de clientes y 1.000 millones de euros de facturación hasta finales de este año, según explicó ayer el director general de banca minorista, Julio López.

El banco, que quiere que los clientes aumenten el uso de las tarjetas, establecerá para cada cliente un límite de entre 100 y 300 euros cada 10 días, lo que supone un máximo de 900 euros al mes y, cuando finalice la promoción, el 31 de diciembre, se eliminarán los descuentos.