La deuda bruta del conjunto de los agentes económicos de España con el exterior alcanzó en el 2018 una cifra récord que la llevó a superar por primera vez los dos billones de euros, hasta alcanzar los 2,014 billones. Así lo reflejan los los datos publicados este jueves del Banco de España, que por ello advierte de "la vulnerabilidad de la economía española ante posibles perturbaciones en los mercados internacionales de capitales".

La deuda externa bruta de la economía española comprende todos los pasivos frente a no residentes que impliquen la realización futura de pagos por amortización de principal o intereses (no se incluye aquí la inversión extranjera en acciones o fondos de inversión). En el 2018, la deuda externa bruta se incrementó en 75.900 millones de euros, hasta situarse en el 166,7% del PIB, esto es 1,7 puntos por debajo del máximo alcanzado en 2015. Pero en cifras absoluta, se ha marcado un récord que supera los dos billones de euros.

Estas cifras incluyen la deuda con el exterior de las administraciones públicas (casi la mitad del total, el 46%) y los compromisos del Banco de España con el BCE, así como otros pasivos del sector financiero, de las empresas y de las familias.

SIETE AÑOS DE SUPERÁVIT

Los siete años consecutivos de supéravit externo de la economía española (en el 2018 la capacidad de financiación fue del 1,5% del PIB) han jugado un papel muy importante para ir rebajando el peso de la deuda externa sobre el PIB en los últimos años. Pero esto no fue ni siquiera así en el 2018, un ejercicio en el que aumentó la deuda externa bruta tanto en su peso sobre el PIB como en cifras absolutas.

En el 2018 la capacidad de financiación de la economía española frente al exterior ascendió al 1,5 % del PIB, 0,6 puntos porcentuales menos que en 2017 por factores como el ascenso del precio del petróleo, la ralentización de los mercados de exportación, la nueva normativa sobre las ventas de automóviles o la apreciación acumulada del euro.

"En la medida en que la mayor parte de los pasivos externos de la economía española recaen en el sector público, reforzar la sostenibilidad de las cuentas públicas resulta fundamental para reducir la vulnerabilidad de la economía española ante posibles perturbaciones en los mercados internacionales de capitales", aconseja el Banco de España en su informe enviando un nuevo toque de atención a favor de la reducción del déficit público.

POSICIÓN NETA

Si las cifras se miden en términos netos, y de los pasivos de España en el exterior se descuentan los activos (la inversion y los préstamos de los agentes españoles en el extranjero) y además se excluye la parte correspondiente al Banco de España, resulta que la llamada "posición deudora neta" (PII) del país en 2018 se redujo hasta el 77,1% del PIB, 6,4 puntos menos que en el 2017, lo cual constituye una evolución favorable.

Este otro indicador para medir la dependencia de España del capital exterior es algo menos sombrío que el que arroja la deuda bruta pero, desde el punto de vista del Banco de España, no deja de ser preocupante.

Según el Banco de España, "este indicador (PII) permanece en niveles elevados, tanto desde una perspectiva histórica como en comparación con otras economías de nuestro entorno, lo que constituye una fuente de vulnerabilidad", advierte el regulador. "Reducir dicha vulnerabilidad aún requerirá la acumulación de superávits por cuenta corriente durante un período prolongado de tiempo", señala. "En este sentido, cabe destacar que el hecho de que la economía española haya sido capaz de compatibilizar durante el período expansivo actual unos superávits exteriores de magnitud relativamente elevada con un notable ritmo de crecimiento constituye un rasgo diferenciador positivo respecto de anteriores fases alcistas", se subraya en el informe del Banco de España.