El endeudamiento financiero de las familias se elevará, a fin de año, hasta 580.000 millones de euros (96,5 billones de pesetas), según la fundación de cajas de ahorros Funcas. Este nivel de deuda supone un aumento del 14,5% respecto al 2003 y casi triplica (2,9 veces) los pasivos contraídos por las familias en 1996. Casi el 90% de la deuda doméstica es en préstamos, sobre todo, de carácter hipotecarios.

Todos estos datos --añade Funcas en el último número de Cuadernos de Información Económica --, son sólo una muestra del "problema preocupante para el futuro de la economía española" que supone el imparable aumento de la deuda de las familias junto a la caída de su ahorro que, por primera vez, en el 2004, dejará de ser una fuente para financiar la inversión productiva del país.

ACTIVOS FINANCIEROS Mientras la deuda familiar se ha incrementado el 190% desde 1996, el ahorro de los hogares ha crecido la mitad (el 92%). Según Funcas, en el 2004 los activos de las familias sumarán 1,34 billones (223 billones de pesetas), el 7,6% más que el año anterior. Del total de ahorro financiero, el 40% está en efectivo y depósitos; el 25,38%, en acciones; el 12,67%, en fondos de inversión; el 9,36%, en seguros; el 6,35%, en fondos de pensiones, y el resto, en otros instrumentos.

La clave de la evolución del ahorro y de la deuda en España en los últimos años está en "en un contexto sin precedentes de mantenimiento de tipos de interés en niveles bajos". Esta circunstancia fomenta el endeudamiento y desincentiva ciertas formas de ahorro, como los depósitos.

"Teniendo en cuenta que el problema del endeudamiento se encuentra estrechamente ligado a la evolución del mercado de la vivienda y al de los tipos de interés", cabe esperar, según asegura la Fundación Funcas, dos situaciones posibles para los próximos años.

SITUACIONES POSIBLES Una subida de los tipos de interés, aunque sea lenta y paulatina, puede engordar la carga financiera que cada mes deben afrontar las familias. Funcas no descarta, además, como segunda hipótesis, "una brusca corrección en los precios de la vivienda". En este caso, las consecuencias "podrían ser más graves", ya que el respaldo real de la financiación hipotecaria (la vivienda) podría perder valor "y las cargas de la deuda podrían ser más difíciles de sobrellevar para un gran número de familias que ya hoy destinan gran parte de su renta a pagar hipotecas".