El principal gigante bancario de Alemania, Deutsche Bank, se tambalea. La entidad empezó ayer a ejecutar los 18.000 despidos en todo el mundo que anunció el domingo con los que espera superar los graves problemas financieros que arrastra desde el inicio de la crisis en el 2008. La reducción de plantilla se llevará a cabo de forma escalonada en tres años y afecta a una quinta parte de su personal actual, que quedará en unos 74.000 trabajadores.

El banco espera obtener de nuevo beneficios a partir del año que viene, aunque admite que hay «muchas incertidumbres en el pronóstico», según explicaron fuentes de la entidad a la agencia Reuters. Por lo pronto, el banco prevé pérdidas este año como consecuencia de los planes de reestructuración anunciados. Con esta drástica reforma, el DB pretende reducir sus costes en 6.000 millones de euros anuales para volver a ser rentable y obtener beneficios. Sin embargo, el banco calcula que esa operación tendrá un coste de 7.400 millones de euros y que habrá generado una pérdida neta de 2.800 millones de euros en el segundo trimestre de este año.

La empresa no ha querido perder el tiempo. Ayer por la mañana equipos enteros del banco hicieron las maletas en puntos clave de la región asiática como Tokio, Singapur y Hong Kong.

EEUU Y LONDRES

Los recortes de personal también se han puesto en marcha en los EEUU y en Londres, corazón del negocio de banca de inversión en Europa. «El ambiente es triste», aseguraba un trabajador a la agencia Reuters.

Para lograr ese objetivo, el adelgazamiento del banco alemán también afectará a su sector dedicado a la mediación en bolsa y al trading, que abandonará casi al completo. El director general del Deutsche Bank, Christian Sewing, reveló ayer el cierre total de sus operaciones de negociación de renta variable así como la creación de un «banco malo» que gestione la liquidación de los 74.000 millones de euros en activos de riesgo de su banca de inversión, una rama que antes de la crisis financiera fue parte troncal de su negocio. El objetivo es reducir hasta un 40% esos activos de riesgo de sus operaciones comerciales.

Tras anunciar una «reinvención» del banco alemán con unos despidos masivos que seguirán en las próximas horas, su consejero delegado aseguró que pretende dedicar una «cantidad sustancial» de su salario a comprar unas acciones del Deutsche Bank que hoy han caído un 5%.

AJUSTE DE LA BANCA

El plan de recortes del DB cuenta con la aprobación del gobierno federal entre conservadores (CDU) y socialdemócratas (SPD) e incluso con el del sindicato del sector de servicios Verdi, el más fuerte de Alemania. Esta organización ve con buenos ojos un ajuste en la banca de inversión que, aseguran, estabilizará los puestos de trabajo alemanes, que ocupan a 41.600 personas.

Asediado por tres años seguidos de números rojos, el año pasado Deutsche Bank ya recortó más de 6.000 empleos para ahorrar costes. Tras perder 751 millones en el 2017, en el 2018 logró un beneficio neto anual de 267 millones, pero no evitó que su cifra de negocio cayese un 4,3%, situándose en 25.316 millones. Los expertos apuntan a que este año se mantendrán las cifras en negativo.

Según el prestigioso diario económico Financial Times, esa nueva estrategia apunta a un «retroceso de las ambiciones internacionales» del banco, eso es, su intención de competir en Europa con Goldman Sachs. En abril, canceló sus negociaciones de fusión con el Commerzbank ante las dudas de sus accionistas y las críticas de los sindicatos.