La consejera de Economía del Gobierno de Aragón, Marta Gastón, reconoció ayer que, si no amaina «el caos social y político» de Cataluña, las previsiones de crecimiento de la comunidad deberán rebajarse. «Si no hay un reorientación (del conflicto) y sigue las cosas como en las últimas semanas, lógicamente tendrán que revisarse», afirmó. Por todo ello, clamó por que la situación se reconduzca cuanto antes «en beneficio de todos, no sólo de Cataluña, también de Aragón y del resto de España».

Así lo señaló a preguntas de los periodistas, al tiempo que se mostró prudente sobre la llegada de empresas a Aragón de la comunidad vecina. «En ningún caso estamos yendo a pescar en río revuelto ni nos alegramos del traslado de sedes sociales o fiscales de Cataluña», apuntó. En cualquier caso, dijo que desde la celebración del referendum ilegal del 1 de octubre, no ha detectado un incremento del interés de desplazar a la región plantas de producción.

En este sentido, reafirmó la apuesta de la DGA desde el inicio de la legislatura por poner «alfombra roja» a las iniciativas de inversión, pero sin importar si la empresa procede de Cataluña o de otra comunidad o país. Descartó asimismo que el conflicto independentista esté afectando al proyecto de la firma catalana Bonárea en Épila.