Va de récords. Mientras el precio del gasóleo, el combustible más consumido, se mantiene en muchas estaciones de servicio por debajo del nivel del euro por litro, la media del diésel está en 1,11 euros.

Se trata de la cota más baja desde el ejercicio 2010, hace casi un lustro. Todo ello se produce en un contexto en el que el barril de Brent, el crudo de referencia en Europa, llegó a caer por debajo del nivel de los 57 dólares, el más bajo desde mayo del 2009.

Tanto el Gobierno como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) han criticado de forma reiterada a las petroleras por ser reticentes a bajar los precios al mismo ritmo que desciende el petróleo. El regulador incluso habla del efecto cohete, por su rapidez, cuando las compañías repercuten los incrementos de la materia prima; y el efecto pluma, por la lentitud, cuando se trata de trasladar a los surtidores la evolución a la baja del crudo.

En todo caso, la patronal del sector, AOP, asegura que las compañías han trasladado con celeridad y en la proproción adecuada la caídas del coste de la materia prima (crudo y precios en los mercados mayoristas). Y recuerdan que ese componente supone el 37% del precio en el gasóleo y el 31% en el de la gasolina. Los impuestos, recuerdan, suponen más de la mitad del precio.

El umbral del euro

En todo caso, las gasolineras de hipermercados y supermercados o las que no están abanderadas suelen ser las que bajan más los precios. Muchas de las estaciones de servicio emplean la táctica de situar el precio en el umbral psicológico de 0,99 euros.

Los analistas han revisado a la baja sus estimaciones del precio del crudo a lo largo de las últimas semanas y también para el próximo año porque el exceso de oferta lo mantendrá presionado a la baja.

El desencadenante de la caída del precio del petróleo fue la decisión de la OPEP de mantener estable su producción para el próximo ejercicio, asumiendo así que el precio del crudo caería por el exceso de oferta.