España y Aragón han dado un salto de gigante en el proceso de internacionalización de sus empresas, que han hecho de la necesidad virtud en esta materia. El crecimiento de las exportaciones ha llegado a niveles récord en los últimos años y el reto ahora es consolidar esas buenas cifras, algo que pasa por seguir mejorando la competitividad empresarial a través de la transformación digital e incorporar elementos de sostenibilidad medioambiental.

Así lo puso ayer de relieve el consejero delegado del ICEX, Francisco Garzón, en la jornada La internacionalización, motor del crecimiento económico, organizada por esta entidad pública estatal y la Cámara de Zaragoza. El encuentro iba a ser clausurado por el ministro de Economía, Román Escolano, pero finalmente no lo hizo por el inesperado cambio de Gobierno, un asunto que sobrevoló en el ambiente de la sesión.

Garzón destacó el «salto en competitividad» que han dado las empresas españolas, cuyas exportaciones han contribuido como nunca al PIB en los dos últimos años, pero «siguen necesitando nuestro apoyo para seguir creciendo» y «perder el miedo a salir al exterior». «Nuestra obsesión es que aumenten el volumen de las exportaciones y la regularidad de las mismas», apuntó. Apostó también por ayudar a las empresas «a convertir en oportunidades de negocio» los cambios del proceso de digitalización.

Sobre las políticas proteccionistas de EEUU, señaló que «no hay que tener miedo» a lo que puede ocurrir porque «los fundamentos son buenos y el contexto de partida es muy sano». «Si hay alteraciones habrá que analizarlas y afrontarlas de la mejor manera», agregó. Y sobre los riesgos del brexit, dijo que puede ser «una oportunidad» para que España capte inversiones.

La jornada contó con la participación, entre otros, de Gonzalo Solana, director de la cátedra Santander en Internacionalización, quien afirmó que el PIB de España sería un 10% inferior sin la interncionalización de las empresas en los años de crisis.

Otro de los intervinientes fue Andrés Arizkorreta, presidente de CAF, que puso su empresa como ejemplo de apertura al exterior. «La fábrica de Zaragoza está a tope de producción con pedidos para todo el mundo», afirmó. Apuntó asimismo que el proteccionismo en su sector existía en EEUU antes de llegar Trump, al tiempo que aseguró que a su empresa le va «mejor» con el brexit en Reino Unido por ser un «mercado liberal y abierto».