Máximo optimismo en las cúpulas y cuadros intermedios de las empresas aragonesas. Los resultados de la última muestra del indicador de opinión de la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA) se sitúan en su nivel más alto desde que se comenzó a elaborar este estudio periódico, hace ya seis años. Y como muestra un dato: el 68,4% de los jefes -es decir, dos de cada tres- esperan ampliar sus plantillas en los próximos meses.

Así lo recoge la encuesta sobre las previsiones para el segundo semestre del 2017, que se ha realizado a 229 directivos de distintos sectores (industria, automoción, comercio y servicios). El informe fue presentado ayer en rueda de prensa por el presidente y el secretario general de ADEA, Salvador Arenere y José Guillén.

Los directivos aragoneses perciben un comportamiento positivo en el primer semestre y mejores perspectivas aún para la segunda mitad del año. Para una amplía mayoría de los encuestados, la evolución de la plantilla o de la cifra de ventas mejorarán entre junio y diciembre. Además, la obtención de financiación ha dejado de ser un problema, ya que ninguno manifiesta haber tenido dificultades ni prevé tenerlas.

Por otra parte, la cifra de exportación mejorará en el próximo semestre según un 42,5 % de los directivos y las importaciones se mantendrán estables para el 85,7%. A pesar de estas impresiones, los encuestados muestran su preocupación por la necesidad «inaplazable» de modernizar la administración, «aprovechando la revolución digital y tecnológica», explió Arenere.

También consideran que el precio de la energía es otro «lastre» muy importante para las empresas, «teniendo que competir en un mercado global con un coste de la energía un 24% superior a la media europea». Es más, Arenere aseguró que si produjera una reducción de los costes energéticos, las empresas estarían en una mejor disposición para elevar los salarios de sus plantillas. A este respecto, abogó también por una mejora retributiva en aquellas compañías que están en una mejor situación.