El Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer mantener el precio del dinero en sus niveles actuales de mínimo histórico del 0%. A su vez, el consejo de gobierno del instituto emisor afirmó que tratará de mantener la actual política de compras de activos por 60.000 millones mensuales hasta finales de año o durante más tiempo si es preciso.

Tras la reunión, su presidente, Mario Draghi, insistió en que los actuales tipos de interés se mantendrán por «un largo periodo de tiempo». En cuanto a la política de compra de bonos dijo que seguirá vigilante para determinar si hay que prorrogar ese programa por más tiempo o si hay que incrementar el importe de las adquisiciones si las condiciones financieras los requieren o si se desvía el objetivo de inflación.

En todo caso prevé que las decisiones sobre actuaciones futuras en materia de política monetaria se tomarán en la reunión del instituto emisor del mes que viene, si bien dejó varias puertas abiertas y no dio muchas pistas sobre la orientación de las medidas.

Draghi admitió discusiones en el seno del consejo de gobierno con respecto a la duración y tamaño de las compras de activos, pero están en un estado «preliminar», destacó. El propio Draghi se encargó de recordar durante la reunión de julio que «en otoño llegará el anuncio de retirada de cualquier estímulo».

El presidente del BCE aseguró que el crecimiento europeo se ha acelerado más de lo previsto y es «sólido» y está extendido por países y sectores. En el segundo trimestre, el aumento anual del PIB en la zona euro fue del 0,6%, frente al 0,5% del primero.

En este sentido, Draghi elevó en tres décimas el crecimiento previsto para la zona euro este año, hasta el 2,2%, con una inflación del 1,5%. Las perspectivas son de un alza de precios a la baja el próximo año y en el 2019, en este último caso «reflejando la reciente apreciación del tipo de cambio del euro», que abarata las importaciones del petróleo. El aumento del PIB estimado para el 2018 es del 1,9% y del 1,7% para el ejercicio siguiente.

ESTABILIDAD DE PRECIOS / El presidente del BCE admitióque la volatilidad en los tipos de cambio es un motivo de incertidumbre para alcanzar los objetivos de estabilidad precios a medio plazo. El euro se ha disparado. Desde enero se ha apreciado más de un 13%. Esta variable, que no consta como objetivo de política económica del BCE, deberá tenerse en cuenta al diseñar políticas, dijo.

Según apuntó, el tipo de cambio «ideal» para el BCE entre el euro y el dólar está en los 1,18 dólares. El cambio medio fijado ayer es de 1,1936 dólares, aunque llegó a superar la barrera de los 1,20 durante la jornada.

Draghi aludió a la mejora de la financiación a familias y empresas, que comenzó en 2014, y que se mantiene. También se mostró convencido de que la inflación convergerá hacia el objetivo del 2% del BCE.Lo que no se puso en cuestión fue el mantenimiento de los tipos de interés, que seguirán en los niveles actuales más allá de la existencia del programa de compra de bonos, explicó.

La reunión se produjo en un momento en el que Alemania ha vuelto a la carga al reclamar una política monetaria «normal» y poner fin al programa de compra de bonos y de intereses cero. El encargado de atacar la actual estrategia de Draghi volvió a ser el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble.

Estas políticas favorecen al pago de la deuda de los asfixiados países del sur de Europa, al mantener en torno a cero los tipos de interés, pero perjudican a los ahorradores privados e inversores financieros, entre los que figura la banca alemana.