En su primer discurso sobre política económica internacional desde que asumió las riendas del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen ha subrayado la necesidad de alcanzar un acuerdo global para imponer un tributo mínimo a las empresas multinacionales y acabar con la carrera a la baja en términos de impuestos corporativos de los últimos 30 años. Yellen afirmó que está trabajando para lograr ese acuerdo en el marco del G20, el foro que representa a las economías más avanzadas del mundo, un pacto que podría servir para convencer a otros países más endebles y necesitados de la inversión internacional. La negociación global incluye a 140 países y está siendo liderada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).

El impuesto mínimo global busca frenar la deslocalización de empresas y empleos de las últimas décadas, propiciada a medida que las multinacionales optaban por radicarse o declarar sus beneficios en paraísos fiscales para reducir al máximo su factura tributaria. La Administración Biden ha hecho de ese impuesto uno de sus pilares para financiar el masivo plan de infraestructuras que propuso la semana pasada. Pretende aumentarlo del 13% actual al 21% la tributación mínima sobre los ingresos obtenidos fuera de EEUU, pero es muy consciente de que difícilmente podrá frenar el éxodo empresarial si sus competidores no aceptan las mismas reglas.

"Es importante acabar con las presiones de la competición tributaria", afirmó Yellen en un discurso ante el Chicago Council on Global Affairs, que coincide con el inicio de la Asamblea de Primavera del Fondo Monetario Internacional. “Tenemos que asegurarnos de que los gobiernos cuentan con sistemas fiscales estables capaces de recaudar suficientes ingresos para invertir en servicios públicos esenciales y responder a las crisis”.