En el 2015 entrará en vigor la reforma fiscal que el Gobierno presentará en junio. Y será el mismo ejercicio en el que se celebrarán las elecciones generales. El Ejecutivo de Mariano Rajoy ha optado por que coincidan ambos acontecimientos: que la mayoría de los ciudadanos noten ya cierto alivio en sus nóminas al ver reducida la retención que se les aplica y a la vez acudan a los comicios, cuya fecha límite es noviembre del 2015.

Como consecuencia de todo ello, el Ejecutivo de Mariano Rajoy estima que la recaudación del IRPF, el principal tributo del sistema fiscal, registrará una merma de 0,23 puntos del PIB o 2.485 millones de euros en el 2015 y de 0,21 puntos o 2.291 millones en el 2016.

En total, 4.776 millones, que están por debajo de los casi 6.000 millones de más que se consiguieron con su subida en el 2012 y 2013, según las proyecciones de la actualización del programa de estabilidad 2014-2017, remitido ayer a la Comisión Europea. Solo llegar a La Moncloa, el Gobierno aprobó una subida de este impuesto al incorporar un recargo que iba del 0,75% al 7% en el la tarifa del IRPF.

La rebaja de este impuesto será la de mayor impacto del total de 7.400 millones que se ahorrarán las familias y las empresas. Y es que también se reducirá el impuesto de sociedades, pero de forma más gradual, ya que la rebaja de ingresos será de 607 millones en el 2014 (0,06 puntos del PIB) y de 2.000 millones en el ejercicio siguiente (0,18 puntos). En el plan de ruta del Ejecutivo se incluye desde la supresión de algunos impuestos hasta la supresión de exenciones. También se prevé prorrogar para el 2014 y el 2015 el incremento del tipo impositivo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) para los de mayor valor.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, garantizó que el Ejecutivo no subirá más los impuestos a menos que obligue a ello la normativa comunitaria. En ese marco incluyó el futuro impuesto de transacciones financieras, conocido como tasa Tobin. Tanto este gravamen como los incrementos previstos en impuestos medioambientales, especiales y otros indirectos aportarán 1.076 millones en el 2015 y 1.000 millones en el 2016. "Somos parte de la UE", dijo para excusarse y aprovechó para recordar que la condición de miembro de este club obliga a España a aplicar la normativa que se vaya decidiendo.

Rebajas tributarias

La presión fiscal, que mide el peso de los ingresos por impuestos en relación al PIB, subirá este año hasta el 34,2%, frente al 33,9% del ejercicio actual; y hasta el 34,5% el ejercicio próximo. Los impuestos indirectos, que gran sin tener en cuenta la capacidad económica del contribuyente, serán los que más peso ganarán, hasta llegar al 12% del PIB en el 2017. Los directos llegarán a suponer el 11% en ese ejercicio.

Al compatibilizar las rebajas tributarias previstas con la reducción del déficit, uno de los objetivos del Ejecutivo es que el gasto público reduzca su peso, explicó Montoro. La Administración central tendrá que hacer un gran esfuerzo porque el gasto público deberá pasar del 44% del PIB de la actualidad al 40,1% en el 2017. Se trata de un nivel similar al registrado justo antes de que estallara la crisis económica y supone en torno a 10 puntos por debajo de la media de la zona euro.

"De la recesión no se sale con más gasto público", insistió el titular del ministerio de Hacienda. Montoro, de forma tajante durante la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, afirmó que "no va a haber margen para que ninguna Administración gaste más".