La pregunta se la hizo ayer el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Ignacio Osborne: «¿Por qué las start-ups tienen mejor prensa que las empresas consolidadas?» Y pretende dar respuestas a cuestiones como: «¿Por qué las compañías que empiezan tienen buena imagen y las que lo han conseguido no?

Durante un desayuno en Esade, Osborne, que también es consejero delegado del grupo agrolimentario familiar que tiene más de 200 años, explicó que el IEF, preocupado por la imagen de los empresarios, está «haciendo un plan para transmitir a la ciudadanía y la Administración que para que una sociedad prospere hace falta un marco económico y social y transmitir la imagen de que el empresario es generador de empleo y actividad». Y es que, agregó, «hasta las mayores compañías, un día empezaron». Y, por tanto, «hay que plantearse por qué se deteriora su imagen cuando se consolidan».

El grupo Osborne ha logrado superar todo tipo de crisis y conflictos y está gobernado actualmente por la sexta generación y en camino de incorporarse la séptima.

Osborne aprovechó para reclamar al Gobierno de nuevo «seguridad jurídica». Y «certidumbre» y evitar cambios súbitos como el del pago a cuenta del impuesto de sociedades. A su juicio, una vez superada la etapa en la que las empresas reclamaban ayuda a las administraciones, lo que hay que exigir ahora es un «marco legal y económico para que las empresas sean rentables y se internacionalicen».

Otro elemento que pidió es «simplificación». Según el presidente del IEF, «la complejidad no ayuda a los empresarios a arrancar negocios». «Un amigo mío dice que debería existir un ministerio, consejería o concejalía de la simplificación», bromeó.

A su vez explicó que su compañía ya empezó a aplicar medidas de gobierno corporativo en los años 60 del siglo pasado, por parte de sus abuelos. Aunque descartó la salida a bolsa, admitió que requerirán capital para crecer.