El consorcio estadounidense General Motors (GM) confirmó ayer la puesta en marcha de un drástico recorte de la plantilla de 12.000 puestos de trabajo en su división europea. El plan de reestructuración, con el que se prevé lograr una reducción de los costes estructurales en 500 millones de euros anuales, se centra en las operaciones de GM en su filial alemana Opel, donde se recortarán 10.000 empleos, aunque de forma "socialmente sostenible", según el director del consejo, Dietmar Hahn.

El plan prevé eliminar 5.500 empleos en la planta de Rüsselsheim, 3.600 en Bochum y 400 en Kaiserslautern. Unos 6.500 afectados seguirán cobrando un máximo de un año en el cual recibirán formación y ayuda para encontrar otro empleo. Además, la empresa ofrecerá jubilaciones anticipadas, bajas incentivadas y externalizará varias áreas. GM también negocia acuerdos para reducir 2.000 empleos en España, Bélgica, el Reino Unido y Suecia.

El presidente del comité de empresa, Klaus Franz, calificó el plan como "el recorte más grave en la historia de la posguerra". Los sindicatos alemanes advierten de que la prioridad ahora es mantener la plantilla restante hasta el 2010. Opel pretende aplicar recortes salariales, eliminar garantías y flexibilizar el trabajo.

Según el director de la junta directiva de Opel, Hans Demant, también los directivos se verán afectados con un recorte del 15%. Demant dijo que el objetivo es "poner a salvo partes de la empresa" y buscar alianzas. Opel afronta unas pérdidas en cuatro años de 2.255 millones de euros.