Al margen de su relevancia jurídica, la sentencia del Tribunal Supremo pone en un brete a la ya delicada empresa Curbimetal. El fabricante de perfiles para la construcción de Alagón, lleva un año y medio en concurso de acreedores, pero sigue teniendo actividad actualmente con una veintena de trabajadores. Con la anulación del ERE del 2012, la compañía deberá readmitir a los 38 empleados despidos, así como regularizar sus salarios desde que se rompió la relación laboral. De esta forma, la viabilidad de esta firma metalúrgica se complica. La compañía no quiso valorar ayer la sentencia al conocer su contenido. "Hemos sobrevivido gracias a nuestros clientes", apuntaron desde Curbimetal.