Las empresas aragonesas, dedicadas a la agroalimentación, se han traído de Alimentaria un mensaje claro: será necesario adaptarse y buscar fórmulas de asociacionismo a corto plazo si los productos de la comunidad no quieren quedarse fuera de los mercados. De hecho, en estos momentos, el mayor tirón lo protagonizan los productos aragoneses relacionados con el vino y el sector cárnico, pero el resto necesita un impulso.

Por ello, Aragón ha batido este año todos los récords de presencia en la feria de Barcelona, con casi 100 firmas, de las 4.200 nacionales e internacionales que se dieron cita en Alimentaria. La comunidad acudió al certamen con ánimo de promocionar sus productos y sus denominaciones de origen (Melocotón de Calanda, Aceite del Bajo Aragón, Ternasco, Jamón de Teruel, Agricultura Ecológica, entre otras) y con el reto de la comercialización en el horizonte más inmediato.

UNIR ESFUERZOS Sin embargo, el presidente de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón (AIAA), Carlos Campillo, se mostró tajante al subrayar que, pese a que "la situación del sector es razonablemente buena, en poco tiempo puede cambiar a peor". Y es que, los datos son elocuentes. De las 1.210 empresas que hay en Aragón, sólo 5 tienen más de 200 empleados y dos terceras partes tienen menos de 2 asalariados o ni siguiera tienen trabajadores a su cargo. Por ello, Campillo abogó pro el asociacionismo.

En esta línea, el consejero de Agricultura y Alimentación, Gonzalo Arguilé sostuvo en el certamen que en algunos sectores, como el del aceite de oliva, "debería ponerse en marcha una plataforma que posibilite contar con una oferta estable", porque las almazaras "están haciendo muy bien el trabajo, pero no producen lo suficiente para posicionarse en el mercado".

Por otro lado, Campillo añadió que "las grandes cadenas de distribución están buscando grandes proveedores". Ante esto la oferta aragonesa "es muy limitada" y sólo se puede luchar a través de la calidad y la innovación. Al respecto, apuntó que en Aragón "se hacen muy buenos productos, pero no sabemos venderlos". Incluso afirmó que "hay pocas empresas con capacidad para que vean viable la actividad exportadora".

En este sentido, incluso, algunas de estas empresas no pudieron concurrir a la Ciudad Condal, debido al elevado coste del suelo, por lo que el Gobierno de Aragón destinó 625.000 euros para subvencionar la contratación de los stands.

DESCONOCIDO, PERO ADMIRADO El maestro quesero de la empresa Radiquero, Manuel Monclús, ofrecía su particular visión de la siguiente forma: "La gente desconoce los quesos artesanos de Aragón, pero aquellos que se acercan muestran gran interés". En este sentido, apuntó que, aunque el mercado de Radiquero se centra en el aragonés y el nacional, "hemos establecido contactos en Alimentaria con EEUU, Inglaterra y Portugal y se han mostrado muy interesados".

Asímismo, el director comercial del Grupo Pastores, Félix Valdemoros, reconocía en Alimentaria que "poco a poco desaparecerá el carnicero tradicional y el producto tenderá hacia la bandeja". Al respecto, indicó que el objetivo debe ser "la exportación, la hostelería y el mercado de la gran distribución".

En definitiva, la Feria de Alimentación de Barcelona sirvió a las empresas aragonesas para pulsar la evolución del sector a nivel mundial y para tomar nota de los compromisos de cara al futuro, en un certamen que mueve más de 150.000 visitas de profesionales y maneja un volumen de negocio generado superior a los 1.800 millones de euros.