"En el suelo aún te defiendes, pero como te toque ir por los andamios...". La frase sale de la boca de Félix, un trabajador de la construcción de 53 años que ayer acudió en Zaragoza junto a una treintena de compañeros y con el apoyo de los sindicatos UGT y CCOO a entregar a la Delegación del Gobierno un documento que reclama las dos principales reivindicaciones del sector: reducir la subcontratación y pedir que se adelante la edad de jubilación. "El 90% llegamos cascados a la jubilación", resume Félix. Junto a él, Carlos Labarta, de 51 años y 17 en el sector, desgrana las huellas de su paso por la profesión: "Estoy con corrientes, por las cervicales de tanto cargar pesos". Una pierna también le pasa factura de un antiguo accidente y el dedo corazón de la mano izquierda no responde al juego de las falanges. Sigue en el tajo.

"Cada día es más duro y con la edad se pierden reflejos", insiste. Félix vuelve a terciar sobre "la inseguridad de los contratos, que te cogen por obra y a veces son diez meses, pero otras no pasan de tres". A Angel Blanco, de 29 años y desde los 18 metido en la construcción se le han agudizado unos problemas que tenía en la espalda: "La gente llega a los 50 años y parece que tengan 70. Es un oficio que desgasta". Joaquín Rupérez, de 58 años, trabajó en sus campos de Ariza y en una industria de jabones en el pueblo hasta que cerró. Hoy, con 15 años en la construcción no le tiene miedo al trabajo "pero cuando acaba una obra, te pateas todas las empresas de Zaragoza y no te cogen, es como si pidieras limosna".

Los responsables de las federaciones de Construcción de UGT y de CCOO en Aragón, Luis Tejedor y José Valenzuela le ponen más argumentos y cifras a sus demandas. En Aragón hay censados unos 48.000 empleados en el sector, representando el 9% del total de trabajadores en la comunidad, pero soportan el 23% de los accidentes laborales.

La campaña que han emprendido a nivel nacional los dos sindicatos pretende que el Ministerio de Trabajo reconozca, como se hizo en sectores como el de la minería, que es un trabajo penoso, difícil de realizar cuando se pierden facultades físicas y que merece una jubilación a los 60 años "Más en estos tiempos en que se incrementan los ritmos de trabajo y en los que el sector ha generado inmensas plusvalías. Hay que buscar una fórmula para que esos beneficios compensen a los trabajadores". "Además se está llegando a grandes cadenas de subcontratación que repercute en la siniestralidad. Hay compañías que ni controlan las empresas que trabajan para ellas".