Dos en uno. Así es la placa solar híbrida de segunda generación que ha desarrollado y fabrica la startup aragonesa Endef Engineering, un panel que a partir del sol es capaz de calentar el agua de un edificio y, al mismo tiempo, generar electricidad. Es decir, integra en un único sistema las dos vertientes de la energía solar (la térmica y la fotovoltaica), lo que reduce en un 40% las necesidades de espacio. Esta tecnología tiene además un rendimiento superior al de un modelo convencional y se sitúa así en la vanguardia en este campo a nivel nacional e, incluso, internacional.

Le han bautizado como EcoMesh y es la razón de ser de esta empresa innovadora, que brilla con fuerza con tan solo dos años de vida. Sus impulsores son tres jóvenes ingenieros zaragozanos, Alejandro del Amo, Gonzalo Brun e Isabel Guedea, que en el 2012 decidieron abandonar sus respectivos trabajos y convertirse en emprendedores para dar rienda suelta a su pasión por las energías renovables.

Todo comenzó con un concurso, el Solar Decathlon Europe 2012, conocido como la olimpiada de las casas eficientes. Los fundadores de Endef participaron en la propuesta presentada por la Universidad de Zaragoza, en la que los primeros prototipos de sus paneles fueron probados con éxito. Con ello, la innovación que Alejandro del Amo había plasmado en su tesis doctoral tomó forma y germinó en una empresa. Desde entonces, les han llovido los premios. Hasta ocho han logrado, el último en el Concurso IDEA que concedió esta semana el Gobierno de Aragón. El más sobresaliente fue el del Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol, que supuso el espaldarazo definitivo al proyecto.

Endef se encuentra instalada en el vivero de empresas CEEI Aragón, donde cuenta ya con nueve trabajadores. La última incorporación es el responsable comercial, pues precisamente la salida al mercado es ahora su gran reto. "Llevamos dos años afinando y perfeccionando nuestro producto. Ha llegado el momento de vender", explica Gonzalo Brun. Aunque han instalado ya 49 paneles en tres edificios de Zaragoza, han querido darse un tiempo para asegurar la fiabilidad y calidad de la tecnología. "Hemos tenido demanda pero hemos preferido esperar", aseguran. La prueba del éxito es que, a tenor de los clientes potenciales con que cuentan, prevén vender unas 600 placas en 2015.

La empresa dispone de otras dos líneas de negocio (ingeniería energética e instaladores) y ha hecho sus pinitos en el extranjero, donde cuenta con contactos relevantes en México y Japón.