El consejo de administración de Endesa ha elegido este lunes a Juan Sánchez-Calero Guilarte como nuevo miembro con la intención de auparlo al cargo de presidente tras la junta de accionistas que se celebrará el próximo 12 de abril. El abogado sustituirá en el cargo a Borja Prado, que dejará la compañía tras 12 años como consejero y una década como presidente por sus crecientes diferencias con el principal accionista, el grupo energético semipúblico italiano Enel.

Al contrario que su antecesor, Sánchez-Calero no tendrá funciones ejecutivas, sino que ejercerá labores de representación institucional y de control de los gestores. El día a día de la empresa estará exclusivamente a cargo del actual consejero delegado, José Bogas. En las últimas semanas se había filtrado de forma interesada como candidatos los nombres de Juan Rosell, expresidente de la CEOE, y del experto en gobierno corporativo Aldo Olcese, pero en el entorno de la compañía se negaba que fueran a ser los elegidos.

Prado, por su parte, llegó a un acuerdo con Enel para dejar el cargo hace unas semanas. Tiene derecho a una indemnización de en torno a 13 millones de euros, que se suman a los más de 2,3 millones de euros que tiene reconocidos para el momento de su jubilación, aunque puede haber negociado con el grupo trasalpino unas cantidades distintas. Oficialmente, su salida fue anunciada como una medida para fomentar el "buen gobierno corporativo" de la empresa. Así, el cargo de presidente de la eléctrica no se podrá ocupar a partir de ahora durante más de 10 años.

PUNTO DE INFLEXIÓN

Como alto cargo del banco de inversión italiano Mediobanca, Prado llegó a Endesa de la mano de Enel cuando este grupo compró la compañía española en el 2007. Sin embargo, su relación con la matriz se empezó a enfriar a partir del 2014, a partir de que el Gobierno de Matteo Renzi decidió sustituir a Fulvio Conti, el consejero delegado de Enel que le nombró presidente de Endesa, por Francesco Starace.

Al contrario que su antecesor, el nuevo primer ejecutivo del grupo italiano redujo notablemente el tamaño de Endesa y limitó a la compañía a la Península Ibérica: decidió que las filiales latinoamericanas pasasen directamente a Enel, incrementó el dividendo que repartía la eléctrica española, y limitó su capacidad de crecer vía compras. Además, es partidario de que el presidente sea un cargo representativo y que el poder ejecutivo lo ostente el consejero delegado, un modelo que Prado no compartía.