Sin sobresaltos como en otros comienzos de año. Aunque el paro se mantiene en niveles que el propio Gobierno tacha de "insostenibles" (prácticamente una de cada cuatro personas en activo están desempleadas), la de enero del 2015 no será la cuesta tradicional, al menos para quienes tienen un empleo.

En un ejercicio plagado de citas electorales municipales, autonómicas y, con toda probabilidad, generales a final de año, el Gobierno ha decidido inyectar 3.366 millones (una media de unos 14 euros al mes, aunque depende del nivel de ingresos) a los contribuyentes. Este incremento efectivo de los salarios que compensará lo pactado en los convenios colectivos (media del 0,57% hasta noviembre) será consecuencia de la aplicación en las nóminas de enero de la rebaja del impuesto sobre la renta (IRPF), que entra en vigor con el inicio del nuevo año.

En todo caso, supone la recuperación de la mitad de lo contribuido de más desde el 2012, tras acceder el Gobierno al poder en el 2011. Estos cambios, que los expertos consideran más una rebaja que una reforma en profundidad del impuesto, incluyen una deducción nueva por familia numerosa o por ascendiente o descendiente discapacitado a cargo que se traduce en 100 euros mensuales de paga o 1.200 anuales, al igual que la ya existente para madres trabajadoras con hijos menores de tres años.

El recorte del gravamen será porcentualmente mayor cuanto menor sea la renta, pero, en términos absolutos, beneficia más a las rentas más elevadas. Y eso se entiende muy fácilmente: el 10% de 10.000 son 1.000; y de 100.000, 10.000. El efecto perseguido, más dinero en nómina con respecto al 2014, se habrá logrado. Pero "es una ilusión monetaria" porque apenas se recupera una parte de lo que el mismo Gobierno del PP subió el IRPF en el 2011 al aplicar unos recargos del 0,75% al 5% en la tarifa con carácter temporal. Además, ha sumado más de 9.000 millones más con los cambios en el IVA, que supuso subir el tipo general del 18% al 21% y el reducido, del 8% al 10%. Además, muchas actividades y servicios que tributaban al tipo reducido pasaron a hacerlo al general, como el cine o el teatro, lo que significó un incremento de 13 puntos. Según los cálculos del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), las rentas brutas por encima de los 35.000 euros anuales seguirán pagando más que en el 2011, a pesar de la rebaja del impuesto.

TARIFAS Y PENSIONES Todo ello se combina con un alza moderada, la bajada o la congelación de las tarifas y precios de servicios esenciales y otros como consecuencia del descenso de la inflación, con tasas negativas en los últimos seis meses. La crisis, que estalló en el 2008, se ha llevado por delante incluso la inflación. A su vez, las pensiones registrarán una revalorización del 0,25%, lo que se traduce en apenas dos euros mensuales de media; y el salario mínimo, de apenas unos tres euros al mes.

El Gobierno confía en que la rebaja practicada en el IRPF, que tendrá una segunda fase en el 2016, igual que en el impuesto de sociedades, estimulará suficientemente el consumo, gracias a que habrá también más empleo, para consolidar la recuperación. La otra pata en la que se apoyan estas previsiones del Ejecutivo es el descenso sostenido del petróleo, con el que España se puede ahorrar entre 10.000 y 12.000 millones. en la factura energética, según las estimaciones del Ejecutivo. Se trata de una cantidad que equivale al 1% de toda la riqueza que se genera en el país en un año (PIB).

La reforma del IRPF y la del impuesto de sociedades inyectarán un total de 9.000 millones de euros en la economía española en el 2015 y el 2016, según las estimaciones del Gobierno. El impuesto de la renta serán 2.566 millones en el 2015 y 2.381 millones en el 2016; y en el de sociedades, 607 en el 2015 y 2.000 millones en el 2016. Desde que accedió a La Moncloa, el Gobierno del PP ha aprobado incrementos fiscales que solo con el IRPF y el I VA han supuesto más de 15.000 millones de euros de recaudación adicional.

A pesar de las rebajas de una media del 8,06% en el IRPF en el 2015, el Ejecutivo de Mariano Rajoy estima que la presión fiscal (la porción de la riqueza del país que suponen los ingresos tributarios) se elevará hasta el 34,2%, frente al 33,9% con el que prevé cerrar el 2014. El cálculo parte de la base de que el empuje del consumo y la demanda interna en general aportarán más ingresos a las arcas del Estado.