En junio del 2012, España obtuvo una línea de crédito de 100.000 millones, de los que utilizó algo más de 41.000 millones para salvar al sector bancario. Varios bancos se recapitalizaron y se creó un banco malo para los riesgos inmobiliarios. Tras de reducir el déficit al 3,07% del PIB en el 2017, España espera bajarlo al 2,2% en el 2018.